Política

El ‘elefante’ en Los Pinos

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En plena campaña de 2016, un experimentado y añejo político se presentó ante el presidente Enrique Peña Nieto con un mal augurio: documentos en mano le planteó que la derrota solo podría evitarse procediendo o contra Javier Duarte, o contra César Duarte, o contra Roberto Borge. Había que sacrificar a uno de los tres. EPN desechó de tajo: “ninguno”.

En la semana que siguió a la pérdida priista de todas las gubernaturas grandes aquel 5 de junio de 2016, el Presidente citó en Los Pinos a todo su gabinete para hacer... un post mortem. Literalmente.

Recibió respuestas tibias sobre la debacle que estaba confirmándose como antesala a la derrota del PRI en 2018. Pero nadie se quería hacer responsable... entonces, uno de los más experimentados integrantes del gabinete dio un paso adelante y dijo, demoledor: “Hay un ‘elefante en la sala’, señor Presidente”, recriminando que nadie en el resto del equipo lo quisiera ver: ignorando los escándalos de corrupción de Emilio Lozoya, quien tuvo que salir del gabinete el 8 de febrero; Javier Duarte en Veracruz, que había dejado la gubernatura ante denuncias de malos manejos; de Roberto Borge entre negocios y el desborde de inseguridad y narcotráfico en Quintana Roo, o del aún gobernador de Chihuahua, César Duarte, cuyos excesos ya se revelaban.

Solo ese integrante del gabinete dijo que la falta de castigo a los casos de evidente corrupción eran la razón única de la derrota electoral, reprochó que se soslayara y sacó de entre sus ropas su renuncia, asumiendo como propias las omisiones del equipo peñista.

El Presidente (que nunca procedió al respecto, por ejemplo, en los casos de Gerardo Ruiz Esparza y Rosario Robles) no aceptó esa dimisión y respondió: “Tengo su renuncia desde el día que los nombré”. Golpe figurado de Peña. Porque los mantuvo y se mantuvo... ignorando al ‘elefante en la sala’.

Palabras clave

A todo esto… parece que acá caben las declaraciones de Emilio Lozoya donde ‘canta’ que el mismo Peña y Luis Videgaray fueron los que le entregaron las gubernaturas de Baja California Sur (Carlos Mendoza Davis), Aguascalientes (Martín Orozco), Durango (José Rosas Aispuro), Querétaro (Francisco Domínguez) y Tamaulipas (Francisco García Cabeza de Vaca) al PAN a cambio de las 11 reformas estructurales emanadas del Pacto por México.

Y que tienen nombre y apellido... los sepultureros del PRI. 


@Conejocedillo

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Óscar Cedillo
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  • Director General Editorial de Grupo @Milenio. Journalist, Digital, DJ and Biker / Escribe todos los lunes su columna Contraseña
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