Sociedad

No nos avisaron

  • Criando Consciencia
  • No nos avisaron
  • Nadja Alicia Milena Ramírez Muñoz

Avisaron en la escuela desde el jueves que había brote de varicela.

Me di cuenta de inmediato que, a mi sándwich, como siempre, le iba a dar. Porque al parecer, eso es lo que hacen los de en medio, ¡todo les pasa!

Y sí, el sábado empezó con brotes. Y hay que ir con el pediatra, pero no, porque no hay mucho dinero. Mejor al Simi, pero no, porque la varicela se quita sola. Bueno si, aunque te avientes dos horas en la sala de espera, dos horas que podrías haber ocupado en otra cosa, que tiene.

Recuerdas que hay que pasar por queso, que prometiste cocinar lasagna pero se acabó el gas, que hoy es día de pagos, de trabajo, de escribir, pero te toca quedarte con tres niños en casa y te toca sostener el aburrimiento, las exigencias de atención emocional, física y de presencia, mientras cocinas. Mientras trapeas las bolsas de agua que tus gatos reventaron.

A quien se le ocurre dejarlas al alcance de esos gatos malintencionados, la verdad. Y a quien se le ocurre dejar que se junten tres cargas de ropa para lavar, de ropa importante, además y no tener puestos los tendederos porque hay que quitarlos y ponerlos cada vez.

Esto son los juegos del hambre. Aquí sobrevive la más fuerte, la más lista, la más consciente. Aquí pedir ayuda, estar alerta, anticiparse puede marcar la diferencia entre un día con ideaciones suicidas y un día en que parezca que las cosas pueden, por una vez, salir bien.

Me falta comprar queso, mango, tomate. Me faltan limones porque el mayor quiere hacer una limonada. Que no se me olviden las croquetas. Que no se me olvide bañarme ni el tratamiento.

Hace un calor horrible, mi hijo está mareado, dicen que es normal, pero me preocupa.

Quería que pintáramos un mural, pero, ¿y si sale peor? ¿Y si tiran la pintura, se pelean y yo tengo que gritar y en vez de ser lindo todo se descompone? ¿Cómo elijo?

Lo más fácil, lo más sano, lo más eficiente, lo más encaminado al amor.

Hoy les hice sopa de fideos, como cuando mi mamá la hacía porque ya no tenía pesitos para llegar a la quincena. Lo supe hasta ser adulta y para entonces esa sopa se había instalado en mi psique como confort y alegría. Hoy comieron fideos, pollo y calabazas. Hoy saqué la basura. Hoy lave una carga de ropa. Hoy me bañé. Hoy pude regularme y no gritar cuando empezaron a pelear. Hoy logré escribir mi columna. Hoy coordiné la compra de una alberca inflable para los baños coloides de mi hijo. Hoy, otra vez sola, como tantas veces, pude solucionar y sentirme humana mientras lo hacía.

Mañana hay que ver si reciben a los no contagiados en la escuela. Mañana hay que reparar el sistema del agua. Mañana hay que vender cuatro reservas. Mañana hay que lograr, seguir, levantar los pies, llenar las ollas, curar las heridas, pintar una pared y tratar de no romper nada, porque llevamos el mundo en las manos y nadie nos avisó que no podíamos bajarlo ni un poco, para descansar.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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