El arranque de la Feria de Puebla resultó un éxito donde miles de jóvenes disfrutaron el concierto de Maroon 5, y para eso debieron acampar desde días antes, porque difícilmente tendrán otra oportunidad de ver en vivo, y casi gratis a la banda de pop rock estadounidense.
Desde ese punto de vista, sin duda superó la expectativa de quienes acudieron al Teatro del Pueblo, porque los artistas norteamericanos son unos profesionales.
Algunas reseñas señalan que previo al evento hubo algunos problemas de organización, lo cual es normal porque eran más de 40 mil personas las que pudieron acceder a ese espacio, además de otros miles que deambulan en el recinto.
Para este viernes, el rapero Pitbull fue el encargado de mantener la euforia de la gente, e incluso del gobernador Alejandro Armenta y el titular de la SEP, Mario Delgado que como cualquier fanático cantaron La Gasolina y los otros éxitos.
Sin duda un buen principio, y se cumplió el objetivo del gobierno al tratar de posicionar a la Feria de Puebla como una de las mejores del país, a la altura de Aguascalientes, Texcoco, y otras que ya tienen renombre.
Como medio de información serio, estamos obligados a señalar cuando se hacen las cosas bien, como en el caso del magno evento, porque tampoco se trata de criticar de manera sistemática.
Sin embargo, afuera del recinto ferial, es decir en el entorno social, la realidad es complicada con asaltos, robo de autopartes, y montachoques que atacan automovilistas, como sucedió en días pasados.
Nadia, una vecina a quien conozco desde hace años, fue agredida cuando se dirigía al Centro de la capital poblana para comprar telas a una conocida tienda, donde un vehículo compacto color blanco se le atravesó, y aunque alcanzó a frenar fue inevitable un ligero golpe.
Ese fue el pretexto para que de inmediato se bajara una pareja (hombre y mujer) y en tono amenazante le exigieran dos mil pesos para subsanar el "daño", o de lo contrario la agarrarían a golpes porque además no permitirían que hablara a la compañía de seguros.
Disfrutemos la fiesta, pero sin dejar de lado los hechos que afectan la tranquilidad de los poblanos y que desafortunadamente se siguen registrando.
