Este domingo Fernando Sebastián cumpliría 14 años de edad, pero un grupo de compañeros de la telesecundaria Manuel Mier y Terán lo agredió a golpes de manera brutal, al grado de provocarle la muerte. En casos tan lamentables como éste ¿a quién debemos echarle la culpa?
¿Es responsabilidad de los padres que los menores sean agresivos al grado de no tener compasión por un ser humano indefenso?¿Acaso es de las autoridades educativas que no tienen protocolos para evitar este tipo de peleas entre alumnos?
De hecho hay versiones que apuntan a un posible crimen, aunque la Fiscalía General del Estado deberá deslindar la responsabilidad de los que participaron en la pelea donde perdió la vida Fernando, porque hay algo de hermetismo por parte de los testigos presenciales.
A pesar de su dolor, y en un acto de nobleza la señora Carmen y el señor Lázaro, padres del jovencito declararon ayer a mi compañera Apolonia Amayo que perdonarán a los adolescentes agresores, porque su hijo así lo querría.
Desde el jueves pasado cuando ocurrieron los hechos y hasta este domingo cuando se llevaron a cabo los funerales, decenas de personas han acudido a la calle Álvaro Obregón 2445 de la colonia Santiago Tula en Tehuacán, domicilio de la familia de Fernando Sebastián Ramos Ramírez, para externar sus condolencias.
Aun cuando la señora diga que no quiere represalias, la autoridad está obligada a investigar, pero sobre todo debe llegar hasta las últimas consecuencias, porque se trata de la muerte de un joven, y no un juego de niños.
Suponiendo sin conceder que no haya sido la intención de sus supuestos amigos de causarle un daño, una conclusión de esa naturaleza debe ser avalada por la autoridad judicial.
Más allá de cualquier resolución sobre el caso, las instancias educativas deberían tomar este lamentable suceso como una llamada de alerta, porque está claro que los muchachos no saben manejar su ira ni sus emociones.
Tampoco pueden pasar por alto que se trata de una agresión con fatales consecuencias, y que con o sin intensión, una familia está de luto y existe el riesgo de que puedan presentarse más situaciones similares en los miles de planteles en el estado.