El poder desgasta a quien lo tiene. Esta frase es muy utilizada en política, y aunque a veces suena hasta trillada, es una verdad que muchos viven en carne propia luego de estar al frente de algún cargo público.
A muchos, además de agotarlos, los vuelve locos y terminan en desgracia, como el caso de Jaime Rodríguez Calderón, quien, a decir de sus propios amigos, le ganó la soberbia, al grado de sentirse intocable, y terminó enfermo y en la cárcel.
En Nuevo León sobran ejemplos de funcionarios que acaban en el olvido, y eso también es algo que les pega con todo, porque durante seis años o lo que dure el cargo, sus allegados se encargan de adularlos hasta creerse semidioses.
Desde la barrera, la gestión actual de Samuel García parece complicarse cada día más, por su tensa relación con el Congreso del Estado, donde ninguna de las partes en conflicto quiere ceder.
El juicio político que promueven desde el Poder Legislativo es la consecuencia de la confrontación en estos últimos meses, donde la relación entre ambos ha sido desgastante para todos. En un pleito así nadie gana, pero les ha costado entenderlo.
Otro frente abierto es la disputa electoral por la alcaldía regiomontana, donde los tribunales estatales ya le dieron el triunfo al priista Adrián de la Garza, pero desde Palacio de Gobierno insisten en agotar hasta la última instancia para revertir la decisión.
Por el rumbo que ha seguido el litigio, es muy probable que el tribunal federal confirme la sentencia dictada de origen, a menos que algo extraordinario sucediera, o que en ese camino encuentren nuevas evidencias.
Otra de las ollas en la lumbre para Samuel es el nombramiento del nuevo titular de la Fiscalía General de Justicia del Estado, donde tratará de impedir que llegue algún aspirante con relación cercana con el alcalde electo por Monterrey.
Como gobernador está en su derecho de ejercer el veto si alguno de los aspirantes no le llena el ojo, pero también le implicará alguna respuesta de los diputados que lo están impulsando.
Es evidente que cada uno de estos procesos, además del día a día al frente del Gobierno, le representará un desgaste en su imagen, y ojalá que en ese trayecto sepa manejar el control de daños por bien de los nuevoleoneses.
