Durante años he sido testigo del sacrificio que realizan millones de mexicanos y el riesgo que corren durante los días previos al 12 de diciembre para festejar a la Virgen de Guadalupe.
Este jueves circulaba por la autopista México-Puebla y pude observar a cientos de personas a pie, en bicicleta y en caravana rumbo a la Ciudad de México.
Es increíble el esfuerzo que realizan con tal de cumplir sus mandas, y sin duda es digno de admiración. Sin importar la creencia religiosa es digno de reconocer el desgaste físico y mental de la gente.
En contraparte, me indigna la poca consideración y la falta de respeto que tienen los automovilistas, que como verdaderos cafres circulan a exceso de velocidad hasta ponerlos en riesgo.
Debo admitir que en algún momento he llegado a pensar que puede resultar imprudente y hasta irresponsable realizar esas peregrinaciones en vías federales, por el peligro que implica.
La verdad estaba equivocado, porque la fe de los mexicanos es mucho más importante que cualquier otro de los valores y costumbres arraigados en nuestra cultura.
Ahora pienso que los políticos y las autoridades han quedado a deber, porque en las carreteras brillan por su ausencia los elementos de la Guardia Nacional para salvaguardar a los fervientes marchantes.
Pero no me extraña, porque ni siquiera han sido capaces de proteger a los transportistas que a diario sufren asaltos, a pesar de los retenes instalados durante la temporada navideña.
Los ataques han cobrado la vida de cientos de traileros que por imprudencia se enfrentan a los delincuentes, como sucedió en días en la pista Puebla-Perote, donde luego de asesinar al conductor dejaron el cuerpo inerte y ni siquiera pudieron llevarse la carga.
Por más que desde la conferencia mañanera nos vendan la idea de que estamos en un país seguro, la realidad es otra muy distinta. Ni los peregrinos están seguros en las carreteras en estos días, ni los traileros pueden circular sin correr el riesgo de ser asaltados o, peor aún, de ser víctimas de las bandas criminales.
Miguel Ángel Vargas
