Empieza a extenderse una red de rechazo a la implementación del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar que sustituirá al Seguro Popular, principalmente entre los gobernadores emanados de Acción Nacional, lo que podría representar un nuevo encontronazo con el gobierno que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador. El primero en manifestarse públicamente fue el gobernador del estado, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, quien en septiembre de 2019, tres meses antes de que entrara en vigor el Insabi, fue enfático al decir que no entregaría el sistema de salud de la entidad a la federación: “Lo digo y lo sostengo, no voy a entregar el sistema de salud a la federación, porque es un sistema que funciona, tenemos 621 clínicas, Umaps, Caises y el hospital regional”.
Ayer el gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco Sandoval, aseguró que no se firmará carta de intención con Gobierno Federal para desaparecer el Seguro Popular y que defenderá la permanencia de este organismo, por lo que se seguirá atendiendo a todo aquel que cuente con el servicio.
Sin embargo en el caso de Guanajuato, la apuesta no es mantener el Seguro Popular sino su propio sistema de atención al cual han denominado “Impulso a tu salud 2.0” en el que se invierten más de 5 mil millones de pesos al año superior al monto que se recibía por el gobierno federal, teniendo como base el programa insignia del Ejecutivo estatal denominado Impulso Social.
En varias ocasiones se ha insistido que Guanajuato tiene un sistema de salud sólido conformado por infraestructura hospitalaria de vanguardia, equipamiento y personal capacitado, amén de que no ha tenido una sola observación de las auditorías estatal y federal, en el manejo de los recursos a diferencia de otras entidades donde se desvió dinero del presupuesto a gasto corriente por ejemplo.
Tras conocer las condiciones de la carta de intención me confirman que Guanajuato no va a firmarla tampoco, por lo que al menos al día de hoy serán dos mandatarios los que no lo harán, sin descartar que se una el bloque panista, claro, de los estados que tengan condiciones para operar su sistema de salud.
La historia apenas comienza.
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