Me parece una desfachatez que se haya anunciado como un “logro” la “renuncia” a su plaza como trabajador de Pemex del ex líder petrolero Carlos Romero Deschamps, cuando pienso en la fortuna que amasó a costo de los trabajadores de la paraestatal estando al frente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana.
A quién le importa que Romero Deschamps renuncie cuando estaba más cercano a la jubilación, claro que habría sido además una burla que después del descaro con el que se ha conducido Romero, además del erario tengamos que pagarle una pensión que ni siquiera necesita. Pero lo que más me preocupa es que cada día se diluye más ese precepto de la Cuarta Transformación de combatir la corrupción, cuando en lugar de anunciar el inicio de un proceso de investigación en contra de posibles actos de enriquecimiento ilícito, simplemente se le deja ir a su casa después de renunciar a su puesto de trabajo en el que estuvo evidentemente cobrando sin hacer nada. Al igual que otros líderes sindicales, Romero Deschamps no ha estado lejos del escándalo ni de las acusaciones de abusos en recursos del gremio que dirige, otros ex líderes hoy redimidos también estuvieron en el ojo del huracán, como Elba Esther Gordillo y Napoleón Gómez Urrutia.
Fue figura clave en el famoso Pemexgate, aquel esquema de triangulación de recursos de la paraestatal que se contaron por cientos de millones y que fueron a parar a las campañas del Partido Revolucionario Institucional, también saltó su nombre cuando salieron a la luz pública las fotos de los excesos de sus hijos, lujos que era imposible pagar con el salario de un trabajador de Pemex, o del dirigente del sindicato.
Al final todos los señalamientos los ha librado, con el descaro de darse el lujo de renunciar al cargo dejando tras de sí una serie de escándalos dignos de ser investigados pero con la aparente poca intención de sentar a Romero en el banquillo de los acusados. Así las cosas parece ser que la justicia sigue siendo selectiva pues mientras a unos se les tiene en la cárcel a otros se les premia con el retiro, alejado de los reflectores y con el lujo de poder disfrutar de sus ganancias obtenidas del erario. ¿Qué cosas no?
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