Entiendo que el argumento de sopesar la cantidad de habitantes del municipio de Cañadas de Obregón en el estado de Jalisco que serían afectados con la inundación por la presa El Zapotillo, frente al número de ciudadanos que se verían beneficiados con el agua de la presa no debe de ser el único.
El proyecto fue frenado en cierta medida con razón justificada por parte de los pobladores que pocos o muchos tienen derechos y debieron ser respetados, creo que no se socializó la obra como debía de hacerse y por la fuerza pasando por encima de un puñado de habitantes creyeron que esto iba a prosperar. Afortunadamente para muchos, esto no fue así y la justicia estuvo del lado de quienes no estaban dispuestos a permitir que el Estado, pasara sobre ellos.
Más de uno dirá. ¿Cómo que afortunadamente? Si, insisto: afortunadamente, pues es prueba que de manera indistinta, sin importar el poder económico, político, social y demás, el estado de derecho prevalece y obliga a todos a apegarse a las normas independientemente que el interés común sea superior.
Imagine que mañana por donde usted tiene su casa, esa en la que ha vivido por años y en la que pesan más los temas sentimentales que los económicos, de repente le llega una oferta para comprarla, pues por ahí va a pasar una carretera.
Algo así les pasó a los habitantes de Acasico, Palmarejo y Temacapulín, donde quienes iniciaron la obra pensaron que por ser un grupo pequeño de habitantes podrían hacer uso del poder para sacarles de donde vivían. Craso error de la autoridad que hoy nos tiene con el alma en un hilo, pues se trata de un proyecto estratégico mal planteado desde el principio, pero a su vez necesario que tiene que resolverse y parece que va para largo.
Luego entonces, ¿dónde están los responsables de haber ejecutado mal el proyecto? Creo que deberían responder por las malas decisiones tomadas, pues hoy tienen en vilo a dos grandes centros poblacionales que requieren urgentemente del agua que proveería la presa. Ello sin tomar en cuenta la fortuna que hoy costará, más, para poder terminarla incluyendo el famoso acueducto.
Por el bien de todos, qué bueno que hay justicia, pero es urgente resolver también el tema del agua.
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