Aún se percibe el ambiente festivo de ayer en la mayoría de los hogares mexicanos, por la celebración del Día de la Madre. Hay otras familias donde las Mamás debieron trabajar ayer, hoy y el día siguiente también, para llevar a su casa lo que sea posible para sobrevivir. Otras porque sufren la pérdida de su libertad, con o sin causa plenamente probada. Algunas hospitalizadas apenas recuperando su salud, o con la esperanza de recuperarla, y hay quien, con esta fecha, ni siquiera desean escuchar algo al respecto, porque en este día la despidieron en su partida al Paraíso. Lamentablemente muchas enfrentando condiciones adversas por pobreza extrema, ya sea en las comunidades rurales o de las zonas urbanas.
Hay lugares donde sobran las palabras para decirle a las madres lo mucho que las queremos y podemos ofrecer una cantidad enorme de poemas y frases difundidas casi en todos los idiomas. La mayoría esperaron un detalle de cariño, más que un gran y costoso regalo, un abrazo y un beso entregado con sincero amor es de los mejor que pudimos ofrecerles. Un recuerdo a esa estrella que nos guía desde nuestro nacimiento.
Las labores de las Mamás son de enseñanza desde los primeros pasos, los alimentos, la forma de dormir y soñar, de reír y llorar, de alegrarnos y superar a la tristeza, así como de conocer la inmensa felicidad. Más si eres señalado como “el o la consentida”. De cada caída física y luego sentimental nos han enseñado a levantarnos.
Para las hijas se convierten en el mejor modelo a seguir. Además de cargar en sus entrañas a cada nuevo ser, nos llenan de amor y de ilusiones. Nos enseñan las grandezas y pequeñeces de la vida, los sabores del triunfo y lo amargo de la derrota.
Puede haber actividades negadas a las mujeres, menos la de la maternidad, excepto por cuestiones de salud o decisión propia. Es uno de sus privilegios y su encanto más grande. Por eso son orientadas al trabajo en casa y a los hijos, como esposa y madre. En los hogares la mujer domina casi siempre. Cuando tenemos el privilegio de su presencia, el ambiente doméstico lo diseña la madre.
Reivindicar en todas partes el papel de la Madre. Mucha falta nos hace diseñar políticas gubernamentales dirigidas a favorecer el desarrollo integral de la familia, a partir del desarrollo integral de las mamás, principalmente en materias de Salud y Educación, así como en su seguridad personal y familiar, para hacer realidad la igualdad de oportunidades. En programas específicos de seguridad social con guarderías para atender adecuadamente a sus hijos cuando deben atender un trabajo. Además de sanciones ejemplares para quienes las humillan, golpean, o peor aún les quitan la vida, y la defensa irrestricta de sus Derechos Humanos. Tal vez llegar más allá de las instituciones de la mujer, para ser específicos, en instituciones para cuidar a las madres. Que triunfe la esperanza sobre la experiencia.
Mauricio Valdés