Estamos a poco menos de 80 días para que finalice el sexenio del gobierno estatal del Licenciado Alfredo Del Mazo y vale hacer algunas observaciones de ciudadano. Es encomiable que algunos de sus colaboradores sigan esforzados para cumplir con su deber como el primer día en que fueron nombrados, en cambio otros se perciben, suponen secretamente, dando el último jalón al dinero del presupuesto y el que se pueda jalar de los contribuyentes a través de los respectivos “moches”. Unos laborando para cuidar el equipo propiedad del gobierno a su cargo, mientras otros han dejado abandonada maquinaria costosa y sin operar, al fin que ya se van. Parecen incrédulos a la lucha contra la corrupción del próximo gobierno, prefieren salir como nuevos ricos.
Es grotesco ver cómo malos colaboradores desprestigian a todo un equipo, se creen más astutos que nadie del nuevo gobierno. Pagan justos por pecadores. Consideran que estarán blindados por la impunidad de algún acuerdo político de sus jefes con el nuevo gobierno, mientras los ciudadanos y sus colaboradores o empresarios extorsionados que conocen y padecen de “cochupos”, “moches”, saqueos, y más, aunque esperaríamos sanciones ejemplares.
Parecen ignorar que, lamentablemente, nuestro Estado está en crisis creciente en diversos aspectos que no tardarían en estallar al nuevo gobierno, en una crisis que, de no responder con agilidad y oportunidad, serán adversos desde el primer año de gobierno, con las consecuencias políticas inmediatas en las elecciones municipales, legislativas federal y local, así como en la presidencia de la República.
Las demandas de agua potable, principalmente en municipios como Ecatepec, los pagos de la deuda y otros servicios, recursos para obligaciones laborales de fin de año, el ISSEMYM, impacto de las lluvias, inseguridad, cárceles saturadas, entre otras que se acumulen en los siguientes días, frente a la vulnerabilidad social entre el desastre presupuestal y las potenciales protestas heredadas.
La madurez de las fuerzas políticas podría ayudar a superar estas condiciones potencialmente adversas. Por una parte, con la verdad en la entrega de un gobierno a otro, evitando las sorpresas y el ocultamiento de información fundamental; el respaldo, para bien del Estado, de las medidas que pueden y deben adoptarse para el inicio del nuevo gobierno, principalmente a cargo de los ayuntamientos, tanto de Morena, PRI y PAN, y en la Cámara de Diputados.
Por otra parte, las fuerzas de seguridad del Estado, el Poder Judicial y la Fiscalía de Justicia, principalmente a través de los Ministerios Públicos y los “ministeriales”. El apoyo del Gobierno de la República resultará fundamental. El ambiente favorable a la Maestra Delfina Gómez es una buena señal. La crisis del final del grupo gobernante desde hace 94 años, es una oportunidad para el renacimiento de las instituciones de nuestro Estado.