Lo que está sucediendo en nuestro estado pareciera sacado de una película distópica. El diagnóstico está más que claro en lo que va del año: existe una terrible administración de este recurso vital.
Desde diciembre, cuando aún no estallaba la bomba, en la Cámara de Diputados presenté un punto de acuerdo, y otro en enero y otro en marzo, solicitando la actuación contundente del gobierno del estado, de la Dirección de Agua y Drenaje de Monterrey, y de la Comisión Nacional del Agua.
En febrero, el director de la Conagua, el gobernador de Nuevo León y un servidor, nos reunimos en las instalaciones de la Conagua en la Ciudad de México. El gobernador se comprometió a sentarse a hablar con los industriales y actores que más utilizan el agua, para generar acuerdos.
Es fecha que le ha tenido miedo entrarle al tema y solamente exige a la ciudadanía, o sube videos exhibiendo algunas tomas ilegales. El Presidente de México y la Conagua cumplieron su palabra, destinando más de dos mil millones de pesos adicionales para las obras hídricas, apoyo en la expedición de permisos para la perforación de pozos, así como el apoyo técnico y de equipo especializado.
En el caso de Nuevo León se ha visto un gobierno ausente, enfocado en armar una estrategia mediática, en lugar de planear y establecer acciones que solucionen la crisis, y también garanticen el derecho humano al agua por lo menos en los próximos 30 años.
No se ha visto un esfuerzo por reunir a todos los actores clave: agricultores, ganaderos y ciertos sectores industriales, para establecer manuales rigurosos en cuanto al destino de agua potable y el de aguas tratadas.
Tampoco se ha visto el liderazgo del gobernador en negociar con los actores la incorporación de equipos y diseños para la captación de agua de lluvia (que actualmente se pierde en más del 94%) y en las plantas potabilizadoras.
El llamado Plan Maestro del Agua, presentado por el gobierno del estado, carece de planeación prospectiva. Carece de objetivos claros, estrategias que se derivan de esos objetivos, líneas de acción que se derivan de esas estrategias, plazos de cumplimiento, indicadores de desempeño (lo que no se mide no se puede mejorar), responsables y, lo más importante, presupuesto específico desmenuzado.
Este Plan Maestro, que dio a conocer con bombo y platillo el gobernador Samuel García, encaja dentro de una estrategia mediática, no una estrategia real que vaya a funcionar.
¿Se acuerdan de la cancelación del proyecto de la cervecera de Mexicali? Tuvo una óptica de privilegiar el agua para las personas, y posteriormente para actividades industriales, ganaderas y agrícolas. Esa óptica que se impuso en Mexicali no se ha impuesto en Nuevo León. Es reflejo del pensamiento cortoplacista, enfocados en el lucro sobre el bienestar, que no aborda los temas, hasta que explotan.
Esperemos no sea muy tarde para revertir este gran problema, por lo pronto ya las autoridades estatales dijeron que seguirán los cortes todo el año. Si no se aborda el problema de raíz, enérgicamente, sin miedo, esto no tendrá solución en todo el sexenio del gobernador. Las lluvias y el bombardeo de nubes con yoduro de plata no solucionarán el problema, se requieren de acciones que actualmente el gobierno de Nuevo León no está dispuesto a entablar.
Maestro Mauricio Cantú González
Diputado federal, catedrático de la UNAM y maestro en Seguridad Nacional, así como en Derecho
@CantuMauricio