Política

Hacia una IA gubernamental eficiente, confiable y humana

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La inteligencia artificial (IA) es una de las tecnologías más transformadoras del siglo XXI. Su utilización en los gobiernos provee oportunidades significativas de potenciar la eficacia y eficiencia del sector público. Un estudio reciente del Instituto Alan Turing estima que la IA podría automatizar 84 por ciento de las transacciones repetitivas de los servicios públicos en el Reino Unido, ahorrando el equivalente a mil 200 años-persona de trabajo anualmente. De hecho, 23 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ya utilizan la IA para optimizar sus procesos internos.

A pesar de su enorme potencial, la adopción de esa herramienta en el sector público todavía se encuentra rezagada respecto al sector privado. Los gobiernos realizan esfuerzos importantes para avanzar más rápido, pero siguen enfrentando desafíos y riesgos considerables, al mismo tiempo que requieren de salvaguardas más confiables. Para ayudar a los gobiernos a enfrentar estos desafíos y compartir mejores prácticas, la OCDE presentó el estudio Gobernando con inteligencia artificial: el estado actual y el camino a seguir en las funciones gubernamentales, basado en el análisis de cerca de 200 casos de utilización de IA en 11 funciones centrales de gobierno.

El informe reporta que los gobiernos han comenzado a explotar el potencial transformador de la IA, centrándose en la mejora de la productividad, la capacidad de respuesta y la rendición de cuentas. Además, está ayudando a los gobiernos a automatizar tareas monótonas y repetitivas, como el registro de datos, el procesamiento de nóminas o la respuesta a consultas básicas de clientes. Los chatbots habilitados con Modelos de Lenguaje Grande ya son utilizados para manejar consultas rutinarias con ciudadanos y funcionarios. La IA también ayuda a mejorar la detección de fraudes y la rendición de cuentas. Contribuye a la formulación de políticas y la toma de decisiones al permitir a los gobiernos monitorear y comprender temas emergentes en tiempo real a partir de grandes conjuntos de datos, mientras que algunos ya usan la IA para anticipar fenómenos naturales y acelerar los esfuerzos de respuesta.

A pesar de estos avances, la implementación estratégica de la IA en el gobierno se sigue viendo obstaculizada por desafíos significativos, como la escasez de competencias, la falta de datos de alta calidad y la prevalencia de sistemas de tecnologías de información y comunicación (TIC) obsoletos. Los gobiernos también enfrentan riesgos asociados con la confiabilidad, riesgos éticos, operacionales, de exclusión y de resistencia pública, así como de derechos humanos y privacidad. Los riesgos de falta de transparencia y explicabilidad también son peligrosos. Los sistemas basados en aprendizaje profundo a menudo son “cajas negras”, lo que dificulta describir cómo producen resultados, y esto puede conducir al “sesgo de automatización” (confianza indebida en la IA).

Para mitigar los riesgos y superar los desafíos de implementación, la OCDE plantea un enfoque estratégico y responsable, plasmado en el Marco de la OCDE para la Inteligencia Artificial Confiable en el Gobierno, basado en tres pilares: habilitadores, controles y compromiso.

·Para fortalecer los habilitadores es crucial establecer los recursos necesarios para la implementación; implementar programas de upskilling y reclutamiento para cerrar la brecha de habilidades; invertir en infraestructura de datos y plataformas informáticas escalables y usar el peso económico de las compras públicas para fomentar el desarrollo de soluciones de IA confiables.

·Para establecer los controles hay que diseñar mecanismos para gestionar los riesgos y asegurar el uso responsable; mejorar la transparencia sobre cómo se desarrollan y utilizan los sistemas de IA; adoptar marcos sólidos para evaluar el impacto y el riesgo, y fortalecer la supervisión independiente, involucrando a instituciones de auditoría superior y organismos ombudsman.

·Para fomentar el compromiso es crucial asegurar que la IA se alinee con las necesidades y valores sociales; involucrar activamente a la ciudadanía, la sociedad civil y las empresas en su diseño, desarrollo y gobernanza, y asegurar que los funcionarios públicos de primera línea participen en su diseño y experimentación para garantizar su usabilidad y confiabilidad.

La IA representa una fuerza ineludible para la transformación de la administración pública, con un claro potencial para aumentar la productividad, la capacidad de respuesta y la rendición de cuentas. También puede convertirse en un instrumento de desarrollo inclusivo y sostenible. Hay que ayudar a los gobiernos a enfrentar los desafíos y mitigar los riesgos para acelerar la adopción de una IA pública cada vez más eficiente, más confiable y más humana. La OCDE está lista para apoyar a la comunidad internacional en este esfuerzo.


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Mario López Roldán
  • Mario López Roldán
  • Director del Centro de la OCDE para América Latina y el Caribe
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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