Hace unos días, el Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional de la Organización Mundial de la Salud declaró formalmente terminada la emergencia ocasionada a nivel global por el SARS-CoV-2, y llamó a las naciones a prepararse para enfrentar todavía con una perspectiva de largo plazo a esta pandemia.
En otras palabras: los sistemas de salud ya no están amenazados por la contingencia, las muertes por el covid-19 continúan mostrando una tendencia decreciente y las hospitalizaciones e intervenciones en las áreas de terapia intensiva han caído al mínimo lo cual ha sido posible debido a los altos niveles de inmunidad al virus entre la población gracias a las campañas de vacunación y la resistencia resultado de la transmisión del virus.
Aunque se llama a la cautela debido a la incertidumbre de la evolución de la pandemia, donde no se descartan eventuales rebrotes, el Comité del organismo multinacional estimó que el covid es ahora un problema de salud pública establecido por lo que ya no es una emergencia de importancia internacional como lo fue hace un par de años y hasta hace algunas semanas.
No obstante, hay algunas medidas que los expertos internacionales recomendaron como mantener la capacidad instalada para hacer frente a futuros eventos relacionados con el virus, continuar con los esquemas de vacunación contra el covid-19 y continuar con las autorizaciones provisionales que permitieron la producción masiva a gran escala del biológico para asegurar su disponibilidad, así como continuar con las investigaciones prioritarias sobre esta enfermedad respiratoria.
En Guanajuato, los casos confirmados apenas superan los 200 por día, con una positividad de una de cada cinco personas a quienes se les aplica la prueba. No es momento de bajar la guardia, ni de olvidar las lecciones aprendidas durante la pandemia. Acaso es momento de respirar con cierto alivio y poder decir, al fin, adiós a la emergencia. Por ahora.
