Lo que está aconteciendo en tiempo real, ante los ojos de todos es el desmantelamiento del Poder Judicial Federal como lo conocimos. Un proceso que se ha instrumentalizado en cosa de un año, y que llevará décadas revertir, si es que acaso ello sea posible.
Pero lo que más llama la atención es el adormecimiento de una gran mayoría, a la que poco o nada le importa, y la cual es la destinataria de una narrativa tramposa según la cual, era necesario correr a jueces corruptos que en vez de impartir justicia, supuestamente fallan a facor de las élites, lo que sea que eso represente.
Gracias a las redes sociales, podemos atestiguar lo que acontece: “Es la última vez que me pondré mi toga”, comentó en un video compartido por la jueza federal laboral Reyna Rodríguez la semana pasada.
“Esta es mi última audiencia, aunque tenía la oportunidad de quedarme hasta 2027; no obstante, mi lealtad está con México y los mexicanos, y mis principios, valores y convicciones, no me permitía trabajar al lado de quienes destruyeron nuestra República.
”Los jueces, magistrados y ministros independientes, comprometidos con la función jurisdiccional y con México fuimos únicamente el instrumento y la excusa que usó el oficialismo. Las verdaderas víctimas aquí son los mexicanos, porque no hay nada peor que un gobierno le pueda hacer a sus ciudadanos, que quitarles una justicia inpendiente.
”Los ciudadanos mexicanos, a partir de septiembre, van a quedar expuestos a las determinaciones de los más poderosos, y los más poderosos no son el ‘amado pueblo’ que señala el oficialismo, son ellos mismos y sus aliados, así que a partir de septiembre, si alguna determinación ocasiona un perjuicio a un ciudadano mexicano ya no va a tener un Poder Judicial de la Federación independiente que lo ampare y que lo proteja” , lamentó la aún jueza Reyna Rodríguez.
Así es como, en tiempo real, somos testigos del desmantelamiento de uno de los tres Poderes de la Unión.
Adiós, Poder Judicial, adiós...
