“No es la persona la que debe adaptarse al yoga, sino el yoga es el que debe ajustarse de forma correcta a la persona”. Con esta frase del Maestro T. Krishnamacharya resume el concepto de Viniyoga que se encuentra en los Yoga Sutras de Patanjali. Viniyoga es un término en sánscrito que implica diferenciación, adaptación y aplicación apropiada.
Hacia 1980, en la India, el llamado Abuelo del yoga por ser el gurú de dos de los yoguis más conocidos y respetados del siglo XX: Pattabi Jois y B.K.S. Iyengar amplía la noción del concepto original de Viniyoga aplicándola directamente a la práctica de asanas, pranayama, bandha, sonido, canto, meditación, ritual personal y estudio de textos. Krishnamacharya insistía en la importancia de una aplicación adecuada de las técnicas psicosomáticas del yoga a cada persona, teniendo en cuenta diversas consideraciones individuales.
Viniyoga entonces, de entrada, es un concepto que después se volvió escuela, que aporta una dirección para que la disciplina yóguica aporte todos sus frutos. En el plano práctico consiste en respetar a cada individuo tomando en cuenta su edad, sexo, estado de salud, constitución, hábitos de vida, recursos, debilidades, creencias, etc. En Viniyoga siempre hay que responder preguntas como: quién es el estudiante, qué condición física tiene, cuál es su humor, qué quiere lograr o en qué circunstancias practica.
Esta escuela se distingue de otro estilos en el énfasis que pone en la función de las asanas en vez de en su forma. En otros estilos se insiste mucho en la forma de hacer cada postura. En Viniyoga se olvida la perfección técnica, adaptando cada posición a las limitaciones de los estudiantes para conseguir resultados distintos o para hacerlas más efectivas.
Otras diferencias radican en la entrada de las posturas; no se hace de forma directa, sino que primero se ejercitan los músculos, y después se entra en la asana. No es necesario permanecer ahí un tiempo determinado y se puede repetir varias veces.
Además se resalta la importancia de la respiración como eje de la práctica. Los patrones de respiración se adaptan para conseguir distintos resultados; en otros estilos solo hay un tipo de respiración. Y finalmente otra de las diferencias está en la elaboración de distintas secuencias de asanas que se aplican y centran en el alumno por lo que el instructor debe tener una preparación muy amplia y completa.
Con la práctica de Viniyoga se fortalece la musculatura, se mejora la postura y las lesiones articulares y musculares y se aumenta el autocontrol y compromiso hacia la práctica. También relaja a nivel físico y mental y favorece la flexibilidad, equilibrio y concentración “brindando a cada practicante las herramientas para individualizar y actualizar el proceso de sí mismo; de descubrimiento y transformación personal”.
(Con información de viniyoga.com, akilainstitute.com y asana-yoga.es)
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