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Sasangasana, postura de conejo

Sea evocando los diversos atributos de las deidades hinduistas o imitando las posiciones, habilidades y esencias de animales, plantas y minerales, cada una de las asanas de yoga contiene una energía que podemos integrar en la práctica y en nuestra conciencia.

Tal es el caso de Sasangasana o la Postura del Conejo, cuyo nombre deriva de la espina redonda de este animal que imita el cuerpo en la posición. La palabra proviene de la raíz sánscrita, sasaka que significa conejo.

Sasangasana es una buena postura invertida para principiantes, clave para abrir la columna vertebral y excelente como preparación para la realización de inversiones más avanzadas o como preliminar de las prácticas meditativas.

Las posturas invertidas, de hecho, aportan enormes beneficios, dado que al revertir la gravedad, la sangre fresca fluye a la cabeza y al corazón con la consecuente revitalización de la mente y el cuerpo. A nivel mental, estas asanas brindan una perspectiva distinta que puede ayudar a crear nuevas ideas. Los yoguis las usan para mejorar su proceso meditativo, explorando niveles más profundos de la mente. 

Hablando específicamente de Sasangasana, puede aliviar el estrés y la irritación. Calma la mente, alivia la fatiga y puede reducir la depresión leve rejuveneciendo el sistema nervioso. A partir de la compresión que se genera, esta postura también estimula la tiroides y el sistema endocrino. Se recomienda realizarla durante largos periodos para poder beneficiarse plenamente de ella.

Además, el conejo trabaja sobre el chakra del corazón al redondear y alargar la columna vertebral. Sasangasana también aumenta el flujo de prana o energía vital al cerebro y mejora el flujo de sangre a través del séptimo chakra Ajná o el chakra de la corona. 

Armando la postura

Sentado sobre las pantorrillas, inhala profundamente y al exhalar inclínate hacia adelante hasta que la coronilla esté apoyada sobre el suelo. Mueve las manos hacia atrás y agarra los talones o los tobillos. Aguanta de 30 a 60 segundos. Inhala y en cada exhalación intenta llevar la frente un poco más cerca de las rodillas, siempre con conciencia compasiva de tus límites para evitar lesiones.

Hay que poner especial atención en el agarre de los talones, poniendo los pulgares por fuera. Es importante que durante la realización de esta asana la mayor parte del peso del cuerpo esté en las manos y los talones y no en la cabeza y el cuello, ya que pueden dañarse las cervicales. 

Sasangasana puede usarse como contrapostura de Ustrasana, o la pose del camello, en tanto que la columna se dobla hacia el lado contrario, y es mejor realizarla hacia el final de la práctica cuando la musculatura ya está caliente y los estiramientos pueden hacerse con mayor profundidad. 

(Con información de sadhanasenderodelyoga.blogspot.com y elbikramyogui.net)


marien@caminoamarillo.net

Twitter: @caminoamarillo7

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Marién Estrada
  • Marién Estrada
  • infocaminoamarillo7@gmail.com
  • Periodista egresada de la Universidad Iberoamericana, especializada en temas de cine y conciencia. Desde 2015 escribe la columna "Mente y Cuerpo Sanos" en Milenio Diario. Es autora de "Yoga en tiempos sociales".
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