Después de la visita del cronista Alonso de la Mota y Escobar a principios de siglo XVII, cincuenta años más tarde en 1645, otro sacerdote nos visitaría, el cronista Andrés Pérez de Rivas que escribiría sobre nuestra región y la vida cotidiana de los indígenas (Páginas para la historia de Sinaloa y Sonora.
Triunfos de nuestra Santa Fe de entre las más bárbaras y fieras del Nuevo Orbe por el padre Andrés Rivas. Provincial de la Compañía de Jesús.
Precedida de los Naufragios de Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Año J:H:S: 1645, México: Editorial Layac, tomo III, 1944).
Nuestro visitante comenta: “El sustento de estas gentes que pueblan los contornos de La Laguna, además de la abundancia de pescado dicho, es también de suma de patos que a ella vienen y hacen sus crías en donde los indios con sus flechas fácilmente los matan.
Cogiendo el indio cazador un casco de media calabaza redonda, con sus agujeritos para mirar por ellos, se la pone sobre la cabeza arrojándose al agua, zambulle en ella todo el cuerpo de manera que no parece, más que la media calabaza y no la extrañan, porque las ven muchas veces en su laguna y aún a propósito dejan cascos de ellas allí y por debajo del agua va manamente el indio cogiendo por los pies y zambullendo patos a lo hondo, de donde no salen sino hechos presa y sustento del hombre”.
En el mismo texto comenta “… a esta empresa entraron por los años de 1594 los dos religiosísimos padres Jerónimo Ramírez, de que hace mención en “Misión tepeguana y de los que ella trabajó”, y el otro el padre Juan Agustín, entre ambos y dos de señalado espíritu.
Ellos dos fueron los primeros en cultivar esta viña o selva de espinas y maleza. Jerónimo llegó a establecerse en Cuencame (Sic)” en (María Isabel Saldaña, Francisco Durán y Martínez.
Recuerdos y Sabores de la Comarca Lagunera, Patrimonio Coahuilense, Gobierno del Estado de Coahuila, Organización Soriana, Cía. Comercial Cimaco, México, 2014).
En el siglo XX pintores y muralistas comarcanos leyendo las crónicas sobre La Laguna han dejado murales y óleos en donde retratan la vida de la región a través de sus pinceles.
Alberto Ruiz Vela elaboró un mural “Primeros Laguneros” que se encuentra en el Museo del algodón.
En el mural aparece una gran laguna, los patos volando e indígenas trabajando en ese bucólico lugar.
En 1957 el maestro Raúl Esparza pintó un gran mural llamado La historia de la medicina en la Facultad del mismo nombre en la Universidad de Coahuila.
En el mismo detalla el mundo de los pueblos nómadas, cazadores – recolectores de la región, además de los sacerdotes que llegaron a estas tierras.
En 1970 – 76 nuestro maestro produce otro mural, pero esta vez hecho en cerámica. Un tríptico que se llama:
La escases, la abundancia y la salvación en donde se muestra nuestra historia lagunera con sus plantas endémicas y el mundo rural.
En otros murales aparecerán el río Nasas, la agricultura del algodón y de la uva.
Gerardo Beuchot será el autor del mural Persistencia: el pasado y el presente de nuestra Comarca Lagunera, los grupos étnicos, sus modos de vida, la historia de la región hasta llegar al presente.
Muchos otros pintores como Manuel Muñoz Olivares, Rafael Aguirre, Alfonso de Alba Bessonier, Gustavo Montes entre otros han plasmado en sus lienzos la vida lagunera, aquella que describía el cronista Andrés Pérez de Rivas.
Un encuentro después de tres siglos entre la letra y la pintura.