La historia que estamos escribiendo como humanidad tiene hoy un capítulo crucial. Estamos decidiendo hacia dónde vamos, con qué prioridades y con qué conciencia. Y la tierra —nuestra casa común— nos recuerda cada día que no hay tiempo que perder.
Este 22 de abril, conmemoraremos el Día de la Tierra. Y más allá de las fechas, lo importante es la acción. ¿Qué estamos haciendo para cuidar el lugar donde vivimos? ¿Cómo estamos sembrando, desde hoy, las semillas del futuro que queremos dejar?
México, nuestro país, tiene una ventaja que es también una enorme tarea: somos uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo. En Guanajuato, esta riqueza se expresa en ecosistemas únicos, como el semidesierto, que es un puente biológico entre el norte y el sur del país.
Nuestra biodiversidad no es solo un inventario de especies: es una fuente de agua, de salud, de alimento, de identidad. Es la base para adaptarnos al cambio climático, para prevenir enfermedades, para mantener la fertilidad de nuestros suelos. Es, en muchos sentidos, nuestra mejor aliada.
Por eso celebramos que la cooperación internacional siga confiando en nuestro estado. La Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) ha ratificado su compromiso para ayudarnos a construir una nueva Ley de Biodiversidad para Guanajuato. Una ley pensada desde el cuidado, desde el conocimiento y desde el largo plazo.
En esta Semana Santa, muchas familias tendrán la oportunidad de estar en contacto con la naturaleza. De conocer lo que a veces damos por hecho. Y esa es una oportunidad valiosa, porque —como decimos siempre— nadie ama lo que no conoce.
Cuidemos nuestras áreas naturales protegidas. Evitemos fogatas, no dejemos colillas en el suelo, no dejemos basura. La temporada de incendios forestales ya está aquí, y las consecuencias pueden ser graves.
Nos toca, como guanajuatenses, seguir construyendo desde el compromiso. Porque proteger nuestra riqueza natural no es algo que se delega: es algo que se hace en comunidad. Y porque hoy más que nunca, la mejor decisión es el hacer, y ese hacer debe estar lleno de raíces, como los árboles que queremos ver crecer.