La ultraderecha priista se abre paso entre Morena y PRD, que ya no recuerdan ni su origen ni su historia.
Un monstruo de tres cabezas que se muerden entre ellas, pero que hoy pisa fuerte y amenaza el proceso, resultado de varias generaciones que vienen desde 1968, el surgimiento y organización de la sociedad civil en 1985 y el gran acontecimiento inédito de la unidad alternativa al neoliberalismo de 1988.
Tanto el PAN como el PES y el PRI se han apoderado de la agenda ideológica del PRD y Morena, presas de una descomposición acelerada y temprana.
El lopezobradorismo, desde su derecho al poder por escalafón, a cambio de ganar, entregó principios y banderas a los que tenía declarados como enemigos. Nada mejor para justificar la rendición y el tráfico de principios, reivindicando y perdonando a los contrarios, que cobijarse con el manto religioso del perdón.
En los días recientes vimos a Lula da Silva en Brasil entregándose a la justicia para ser procesado y vino al recuerdo y comparación, que en el caso del desafuero de López Obrador fue la panista Gabriela Cuevas quien pagara la fianza en 2005 para que el desaforado no pisara la cárcel, en lo que sería un antecedente obscuro de la complicidad del López Obrador con la derecha.
Hoy, ante el reencuentro político de Cuevas y AMLO, surge la duda de que aquello era parte de un acuerdo entre Vicente Fox y el propio López Obrador para organizar una oposición, siempre adelante en las encuestas, pero siempre terminando en la derrota.
El PRD, ha cedido su agenda y programa, priorizando su alianza con el PAN, lo cual lo desnaturaliza y convierte sus candidaturas en disputas por los espacios de poder de los grupos y facciones, cuya incapacidad de reformarse los ha dejado desnudos de prestigio y faltos de credibilidad ante la sociedad.
Hoy, su ventaja territorial es la posesión del gobierno central. ¿Podrá una alianza de fuerzas sin programa común, ganar la elección, más allá de la fuerza de su aparato corporativo?
Juntos y separados, la derecha se ha empoderado en la ciudad que ha sido vanguardia del progresismo y el cambio democrático.
La alternativa esta en la fuerza social y política que hizo el cambio desde 1997 y luchó por una ciudad de iguales y para todos. Esa es la que está buscando reorganizarse para impedir la amenaza de retroceso de la derecha de tres cabezas.
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@MarcoRascon