¿Quién será capaz de enfrentar los abusos y excesos cometidos por Donald Trump en contra de los ciudadanos que viven en la Unión Americana, que son gente de bien y a quienes ya les agotó la paciencia el arbitrario presidente de nuestro vecino país del norte?
Propios y extraños no tolerarán más las arbitrariedades cometidas por el estadunidense, que a cada instante viola de manera flagrante la ley y que pretende imponer el terror a todos por igual, sea cual sea la causa.
A pesar de los exabruptos que lanza sin freno, sus prepotentes gesticulaciones y desaforados gritos al mundo de que Estados Unidos es hoy la nación más poderosa, los causes ya empiezan a desbordarse y la alzada de latinos encabezados por mexicanos en Los Ángeles, California, podría ser el principio del fin.
Hoy esas manifestaciones que rayan en una escalada de violencia sin freno, son un llamado a tiempo para evitar un enfrentamiento entre ciudadanía y cuerpos policiales que en su momento en Europa, en Francia, Gran Bretaña e Irlanda, desbordaron y desestabilizaron a sus gobiernos por la intransigencia de sus dirigentes.
Por ello, lo trascendente que hoy olvida Trump con su nefasto comportamiento y ante su propia comunidad es que, en ese territorio fundado por diversos indígenas estadounidenses, la afirmación de reconocer la "soberanía" de los pueblos nativos de América se queda corta pues, según los defensores de derechos de los pueblos nativos, Estados Unidos todavía desea gobernar sobre ellos, a quienes tratan como objetos ante la ley de ese país.
El verdadero respeto que debe ofrecer Trump y su tropel de neofascistas a la soberanía de las naciones originarias, de acuerdo con tales defensores, obligaría al gobierno federal de Estados Unidos a comportarse de la misma manera que frente a cualquier otro ciudadano de alguna nación soberana.
Con todos esos numerales, el gobierno de México encabezado por Claudia Sheinbaum deberá jugar un papel decoroso ante los embates de Trump y sus golpeadores de casi idénticas costumbres como chairos o amlovers, que no niegan su odio y resentimiento a las clases medias, a los que ellos nunca pertenecerán por antonomasia.
Aún hay tiempo para remediar todos estos embates cometidos por Trump, algunos simulados de manera artificial y otros porque se le ha desbordado la pasión y el coraje entre los latinos, quienes persistirán en no seguir de rodillas ante el presidente estadounidense, hoy sí, comprobado con documentos que también es inmigrante de origen alemán.
Ojalá, por el bien del país, por nuestra tranquilidad y la mínima paz social de la que todavía disfrutamos a pesar de muchos conflictos en algunas partes de México, la violencia que se ha desatado en los últimos días en Los Ángeles se subsane por el bien de todos.
Ningún mexicano en su sano juicio le apuesta al fracaso de México como nación, aunque muchos millones también se pronuncien en contra del actual régimen, que con sus acciones arbitrarias ha confundido a todos por igual.
La moneda está en el aire.
Notas de Trascendencia
Luego de las derrotas electorales de Morena en Veracruz y Durango, endilgadas al que hoy “quiere llamarse como su papá” Andrés Manuel López Beltrán -¿no se llama así?- el partido guinda ya tomó otros rumbos.
En Quintana Roo ya surgieron a la luz pública los nombres de Marybel Villegas y el todavía protegido de López Obrador, Rafael Marín Mollinedo, que irán en contra de los intereses muy personales de la gobernadora Mara Lezama Espinosa, y romperán el esquema que hasta ayer sintió suyo la mandataria.
Es decir, ella quiere imponer a toda costa, como heredero del eterno gobierno verde en aquella entidad, a otro de sus “hijos políticos”, Eugenio Gino Segura -senador por mandato del Niño Verde Jorge Emilio González Martínez-.
Con esos movimientos ya inició el camino para que Lezama busque a su sucesor o también ¿por qué no?, se quede con el brazo abajo para darle paso a Claudia Sheinbaum, quien podría elegir a los representantes de Morena como son Villegas y Marín, y no los habilitados y oportunistas verdes, que ya no son bien vistos por la dirigencia nacional morenista.