En la elección a gobernador vivida en Jalisco el pasado fin de semana ganó Pablo Lemus, pero no estoy seguro de que hubiera ganado el partido Movimiento Ciudadano.
Es cierto que en la boleta estaba el alcalde de Guadalajara con licencia, y que el novel político no es militante de MC, pero en realidad lo que ocurre es que en Jalisco ganó, y por relativamente poco, el voto anti Morena, más que el partido naranja.
Suena a cliché, pero en Jalisco se mantiene una manera de vivir conservadora, medio religiosa, con resabios de la Guerra Cristera, y con deseos profundos de no parecerse a la Ciudad de México. Y votar contra Morena es un acto de desafío.
Esa misma postura es la que se utilizaba antes contra el PRD, o partidos como el PT y los extintos PPS y PARM. Nada que sonara a centralismo y liberalismo disfrazado de izquierda tenía peso en la entidad.
Durante décadas ese voto opositor se materializó en el Partido Acción Nacional. Luego, ante el descrédito de los azules, este votante le dio a Movimiento Ciudadano su confianza, pero principalmente porque lo respaldaba Enrique Alfaro, un personaje local capaz de aglutinar el sentimiento anti centro y anti liberal.
¿Por qué entonces la ciudadanía de buena parte de Jalisco decidió darle la espalda a MC el pasado domingo? Porque el color naranja se estaba pintando de tonos capitalinos (Dante Delgado) y neoloneses (Samuel Garcia), y amenazaban con no representar más la causa local.
El pasado domingo los jaliscienses votaron por Pablo Lemus, Verónica Delgadillo, Juan José Frangie y Quirino Velázquez porque sienten que detrás de ellos está el gobernador de Jalisco. Tal vez no al cien por ciento, pero sí en muy buena medida.
Y no crea que invento esto. He conversado con muchas personas que me dicen que el sentido de su voto fue porque están de acuerdo con la manera en la que Alfaro Ramírez se ha manejado contra el Centro del país. Y ven en los ganadores de Jalisco a personas que pueden mantener ese espíritu.
No es el color. Es el equipo por el que votaron. Sobre todo en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Porque en Los Altos se combinó este voto entre azul y naranjas.
Si mañana Alfaro decide tomar las riendas de Movimiento Ciudadano a nivel nacional, seguramente en Jalisco el voto regresaría al emecismo con más fuerza.
Mientras, los ganadores al gobierno y alcaldías municipales deben trabajar no pensando en su partido, sino en lo que quieren sus electores.
