Bien dicen que a toda acción corresponde una reacción. El partido Morena y sus aliados llevan más de una semana con sus aspirantes presidenciales en campaña, y sería muy ingenuo que las corcholatas y sus partidos pensaran que la oposición se iba a quedar sentada viendo cómo sus rivales recorrían todo el país.
Si PAN, PRI y PRD aceleraron su proceso de selección de un prospecto a candidato presidencial fue precisamente por culpa (o gracias a...) la campaña interna de Morena. Y de hecho sí, los procesos se parecen, aunque no son iguales, pero: ¿cuál otro método esperaban?
Conozco a muchas personas que no simpatizan para nada con AMLO ni con Morena, y el arranque de las actividades de Va por México realmente los entusiasmó. Por eso ya andan los opositores al gobierno federal activando sus estructuras. No iban a dejar hasta septiembre mientras veían cómo les comen el mandado.
Ahora el partido en problemas es Movimiento Ciudadano, pues es el único que no ha entrado en un proceso pre-electoral, y podría pagar las consecuencias de su pasividad. De hecho, estoy seguro de que en las filas emecistas pronto saldrán voces a urgir que el partido debe hacer algo para no quedarse rezagados. Que el partido que dirige Dante Delgado no haya participado en las elecciones estatales de Durango y Estado de México alcanzó a preocupar a militantes y seguidores, y ahora quedarse cruzados de brazos podrían afectar más la imagen de ese instituto político de cara a 2024, sobre todo cuando anunciaron que serían en diciembre cuando se defina a su candidato.
Acción, reacción. Unos van pasos adelante, y otros intentan alcanzarlos y de ser posible rebasarlos. El presidente López Obrador inició el juego de los destapes desde hace meses, y ahora todo México se sumará. Bueno, casi todos. Eso sí: le apuesto a que llegaremos agotados a la jornada electoral de 2024.