El presidente López Obrador ofreció un mensaje de prensa mañanera en el que revivió una frase que él mismo hizo famosa en 2006: al diablo las instituciones. “Ahora que hubo una polémica por un comentarista de redes sociales, que fue invitado para un debate, me enteré de que existe, ¿cómo se llama? Conapred, un día voy a poner aquí cuántos organismos crearon, ¡para todo!”, dijo el Presidente.
El desdén impuesto con su declaración de desconocimiento es por demás preocupante, al menos en tres sentidos:
Primero. La polémica referida se generó por la invitación a Chumel Torres al foro “¿Racismo y/o clasismo en México?”, organizado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Conapred. Esta invitación desató una discusión en redes sociales porque Chumel Torres apodó, tiempo atrás, al hijo más pequeño del Presidente. El sobrenombre proviene de una concepción racista y clasista por tratarse de un niño de piel morena que se tiñe de rubio, de modo que el ponente invitado representaba justo aquello que Conapred pretende romper: promoción de estereotipos que desembocan en discriminación.
Segundo. Derivado de esa polémica, el Conapred decidió cancelar el evento aludiendo que no había condiciones para realizarlo. Mala decisión. Justamente en estos tiempos la ciudadanía debe contrastar las posturas y asumir un rol crítico: la presencia de Chumel Torres y los comentarios que está acostumbrado a hacer lo hubieran puesto en evidencia frente al resto de invitadas e invitados. Más que una decisión congruente del Conapred, la acción de cancelar el evento parece un acto de censura.
Tercero. El Presidente juega con la narrativa de los dos puntos anteriores para colocar su agenda, que poco tiene que ver con la coyuntura: el Presidente sí sabe qué es el Conapred, ha tenido incluso a la titular en sus conferencias y a través de ella ha presentado invitados que lo colocan en el espectro incluyente del discurso. Quienes quieran creer que el Presidente no sabía de la existencia de esta institución pueden revisar las conferencias mañaneras, a las que han asistido funcionarias y funcionarios del Conapred para presentar algunos temas. El año pasado en el Día Nacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, la presentación de seguridad social para las trabajadoras del hogar. De que sabe sabe, pero hacer como que no es una señal de la poca importancia que tiene en realidad para él una institución antidiscriminación.
Desaprovechó la oportunidad de impulsar la visión de Conapred invitando a que los foros confronten diferencias y fomenten tolerancia. Pero recurrió a la plana ya muy repetida de colocar el mensaje de que instituciones como el Conapred en nada han ayudado al sector de la población al que él intenta dirigir su gobierno: los más pobres.
El Presidente contrapone el hecho de que existan problemas como la pobreza, la desigualdad y la discriminación en México con la existencia de instituciones que intentan erradicar esas situaciones, por lo que le parece que, si el problema persiste a pesar de la existencia de éstas, entonces no sirven. En el fondo el enojo contra el invitado por un asunto justificado, pero mal enfocado, sobreexpuso su poco interés por la pluralidad incluyente y antidiscriminadora.
@maiteazuela