Como cada año, miles de paisanos ya se preparan para pisar tierras mexicanas y saben, que el venir a visitar en la temporada decembrina a sus familiares, es vivir en el trayecto un verdadero viacrucis.
Recorren miles de millas por carreteras de los Estados Unidos y cuando llegan a la frontera con México, empieza su verdadero calvario.
De entrada las autoridades mexicanas, normalmente les hacen la vida cansada, les piden documentos de los vehículos en los que se transportan, además, les revisan la mercancía o mejor dicho los regalos que traen en cajuelas y hasta en el toldo de sus “trocas” para hacer felices a sus papás, hermanos, tíos, sobrinos o bien a las esposas e hijas que dejaron en suelo azteca mientras ellos se partían el lomo en sus trabajos en la Unión Americana.
Y es que los paisanos además de sufrirla en la chamba allá con los vecinos, también tienen que lidiar con las autoridades norteamericanas, luego de que Donald Trump, mandatario estadounidense, pidiera la deportación masiva de inmigrantes.
Ya librando el primer escollo en las aduanas, se internan en las diversas carreteras rumbo a sus destinos, por lo que de nueva cuenta empiezan a sufrir tras ser detenidos por elementos de diferentes corporaciones, sean federales, estatales o municipales, ya sean policías o de Vialidad, los cuales sin temor alguno les piden unos cuantos dólares para dejarlos seguir su trayecto o bien, les bajan algunos de los regalos que llevan a sus seres queridos.
Difícil la tienen todos aquellos que año con año cruzan a México y pese a saber a lo que se enfrentan, es más el amor por la familia que el tener que estar en una lucha constante contra los imponderables en la carretera.
Pero por si fuera poco, hay sitios que son por demás peligrosos y que pese a saber que los grupos delictivos aparecen en cualquier momento, es más su deseo por ganar kilómetros que el temor a ser despojados de sus vehículos con todas sus pertenencias.
Pero este año enfrentarán otro problema, el de los bloqueos carreteros, ya que hay muchos transportistas que han anunciado que no dejarán pasar vehículos, ya que taparán las pasadas con sus pesadas unidades.
No cabe duda que el querer ver a sus familiares es más grande que el temor a policías y grupos delictivos.
Walter.juarez@milenio.com
