La tecnología ha cambiado radicalmente los hábitos, los estilos de vida, las estrategias de negocios y las ventajas competitivas.
La tecnología modifica la manera en que pensamos y en que actuamos.
Antes los hombres de negocios iban a su oficina, ahora estos mismos hombres de negocios, mediante la tecnología, tienen una oficina... portátil.
Es muy común observar en la calle a los nuevos vaqueros urbanos.- en el cinturón llevan colgando su teléfono celular, que es radio localizador y aparato de radiocomunicación.
En la muñeca tienen un reloj que además de dar la hora almacena miles de números telefónicos y funciona corno calculadora.
En la bolsa se encuentra su agenda electrónica, lleva su laptop, con pila recargable, modem integrado y que está conectada a Internet, etc.
La historia ha demostrado que las innovaciones tecnológicas abren una gran cantidad de posibilidades para el futuro y crean nuevas necesidades en la sociedad.
Una nueva tecnología aplicable, es aquella que está emergiendo -o a punto de emerger- y evoluciona de la etapa de desarrollo a la etapa de aplicación con un impacto revolucionario sobre un gran número de áreas.
Cuando apareció en el mercado la máquina de escribir, representó una nueva tecnología de aplicación, todos los modelos posteriores, con más funciones y aditamentos, solamente representaron mejoras.
En cambio, cuando apareció la computadora representó una nueva tecnología aplicable que sustituyó paulatinamente a la tecnología anterior y la fue declarando obsoleta, Así, siempre pensamos que nos podíamos comunicar más y mejor o más rápido y eficientemente; sin embargo las nuevas tecnologías, las redes sociales, e incluso la inteligencia artificial, están provocando una comunicación fragmentada, disfuncional y discontinua.
Nos estamos perdiendo de la sabrosa comunicación interpersonal, cara a cara, donde el intercambio emocional de gestos, posturas y tonos de voz está ausente, en lugar de intercambiar ideas, pensamientos y sentimientos en vivo y a todo color, nos transmitimos bites y destruimos el lenguaje a través de una pantalla de cristal líquido.
El encuentro entre las personas está “dejando de lado”, ahora nos pasamos la información, fotos y chismes de manera anodina en las redes, ahí podemos “quemar” a alguien, crear rumores, sin compromiso y sin responsabilidad de lo que comunicamos.
La tecnología tiene su encanto, su utilidad y su riqueza, pero conlleva cambios en las formas y los hábitos que pueden hacernos perder la magia del encuentro, la de construir juntos significados compartidos en conversación, dialogo e intercambio entre personas, sin mediaciones tecnológicas que nos aíslan y nos llevan a la indiferencia y a la falta de consideración por el otro.
Nada podrá sustituir el encuentro, el espacio de confianza que crean dos personas que genuinamente se comunican.
El peligro de las nuevas tecnologías es olvidarnos del rostro, del anhelo y del sentido de la vida que compartimos con los demás… Bienvenidas las nuevas tecnologías, pero cuidado con lo que podemos perder de humano, vital y cálido de nuestras relaciones interpersonales.