Ciencia y Salud

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  • Para Reflexionar
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  • Luis Rey Delgado García

Nadie es capaz de abarcar todo lo que necesita. Somos, los individuos absolutamente interdependientes. 

Sin embargo, es posible que años de romanticismo individualista haya implantado la creencia de que cada cual es un ente aislado que a veces busca relacionarse con sus semejantes. 

Lo cual es un error de base; somos más bien seres comunitarios que a veces buscan aislarse un poco.

La convivencia armónica resulta un ideal inalcanzable. 

Todos nos necesitamos, pero a veces no encontramos la manera de compartir y apoyarnos. 

Relaciones de competencia y de suspicacia mutuas impiden que se obtengan los beneficios de una cooperación creativa. 

Habrá que encontrar el equilibrio entre la participación y la necesaria soledad para cada quien.

Muchas veces contemplamos (con tristeza) como dilapidamos las posibilidades de cooperación simplemente porque nos dejamos llevar por cuestiones superficiales. 

Dos personas que no comparten iguales ideas políticas (o religiosas, o filosóficas) tienen, sin embargo, muchos puntos de encuentro que descubrir. 

Es posible que tengan afinidades literarias, que compartan algunos gustos y que necesiten cosas o habilidades que el otro posee en mayor abundancia y apenas valora.

Pero casi siempre las diferencias generan fronteras impermeables y poca paciencia queda para buscar, entre tantos desencuentros, afinidades que, con seguridad existen.

Los diarios están llenos de noticias negativas (crímenes, desencuentros y polémicas políticas, hurgar en asuntos ajenos de manera malevolente y conflictos de toda clase). 

Todos sospechamos de las noticias con "morbo", las más atrayentes, son las que cuentan desastres de cualquier clase.

Habrá que estar alertas a los materiales con los que estamos construidos. 

Sobre todo porque reconocemos y estamos seguros que en todos alienta un deseo de llevarnos bien con nuestros semejantes y de enlazarnos en tareas productivas y creativas.

Si deseamos ser más poderosos, necesitamos de los demás. Si deseamos saber más, necesitamos de los demás. 

Si deseamos tener un trabajo más acorde con nuestros gustos, también necesitamos de los demás. Incluso, sí necesitamos estar solos, paradójicamente necesitamos de los demás (es decir, de su respeto y de su complicidad para alcanzar esa medida de soledad sin la cual ninguna persona puede desarrollarse). 

Todos estamos en manos de todos.

Si todos queremos sacar y sólo poner una vez que estamos seguros de ganar, no hay forma de tener una riqueza compartida suficiente.

No es tarde para aprender a compartir, para aprender a crecer juntos…


luisrey1@prodigy.net.mx

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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