Los Reyes Magos son siempre el último recurso para pedir los regalos que no logramos en la Navidad. Así que, para empezar bien el año y terminar las vacaciones, va una petición de oro, incienso y mirra para Monterrey.
Oro. Aunque no es la primera vez que se lo pedimos, a ver si el rey Melchor se acomide esta vez y nos trae por fin la seguridad ansiada por todos en esta ciudad. Si de un día para otro no pueden desaparecer los homicidios, los feminicidios, la violencia intrafamiliar, los robos, los asaltos, la privación ilegal de la libertad, bueno, rey Melchor, te damos el año entero para que bajen esas cifras terribles. Como en 2019 ni de un año a otro se logró, sino lo contrario, esta vez te lo pedimos como el más importante regalo. Y perdona que te hablemos de tú, pero ya no sabemos ni cómo pedírtelo.
Incienso. Al rey Gaspar le solicitamos un transporte público digno, que nos lleve y nos traiga todos los días del año sin tener que hacer filas enormes y sin tener que pasar tantas horas arriba del camión. Y que el tiempo que tengamos que estar ahí lo pasemos sentados. Si ya de plano, rey Gaspar, no se puede eso porque el milagro sería demasiado para un rey mago, entonces te pedimos al menos que no vayamos tan apretujados, y si ya ni eso puedes, pues al menos que no nos bajen la cartera ni a las mujeres les den un arrimón. ¡Y no te vayas a encajar con las tarifas!
Mirra. Rey Baltazar, mirra bien el aire que respiramos, si seguimos así nos vamos a enfermar más. Ahora sí ponte las pilas, porque esto ya te lo habían pedido los niños de todos los municipios. Cuando hace frío, porque hace frío; cuando el viento, por las tolvaneras; y cuando el calor, por lo que sea, el caso es que siempre estamos contaminados. Entre los polvos, las industrias y el uso excesivo de vehículos ya no hallamos la salida.
Ya se sabe, reyes magos, que buena parte de lo que les pedimos depende de nosotros, ciudadanos, autoridades, líderes de lo que sea. Por eso lo pedimos: denos un empujoncito. Feliz año nuevo.
luis.petersen@milenio.com
