El 19 de junio de 2024, Juan Gómez Junco, legendario periodista deportivo de Milenio Diario Laguna, emitió, con lágrimas en los ojos, un mensaje televisado y en vivo al Santos Laguna, para expresar su dolor y frustración por el desempeño de nuestro equipo: “Pinche Santos Laguna, nos has quitado la ilusión”.
Hoy, esa misma frase arropada por el mismo sentimiento explica el rechazo de la afición lagunera a la selección mexicana en su juego contra Uruguay el pasado 15 de noviembre en el Territorio Santos Modelo de Torreón.
Para decir, también, con enorme tristeza y desencanto: “Pinche Selección Mexicana, nos has quitado la ilusión”.
¿A cuál ilusión se refiere esa frase? A la ilusión definida por “la recuperación semanal de la infancia” en palabras del escritor español Javier Marías.
Una infancia sucedida entre pelotas de calcetines o esparadrapos, de plástico o de cuero que cobraban vida en las calles pavimentadas o de terracería, en los llanos, los patios de la escuela, los jardines públicos y en los estadios de medio pelo.
Recordemos, era un balón de cualquier tipo y en cualquier lugar, que era una “una brújula que siempre señala(ba) el norte de la ilusión”.
Era una infancia abrazada al ritual semanal para ligar emociones a jugadores que entendían, vivían y jugaban a muerte por la camiseta de su equipo.
Era una infancia que nos daba sentido de identidad y orgullo entrañables por nuestro equipo, para emular a sus jugadores en nuestros partidos durante la semana. (Continuará).
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