Más allá de su inteligencia y experiencia políticas, Marcelo Ebrard nació para reciclar una tragedia: aspirar al poder supremo y no poder asumirlo.
Porque durante su vida, ha sido el segundo, mientras, ha aspirado a ser el primero.
Ebrard ha sido el rey de las victorias morales, aunque no políticas.
La crónica de su vida política así lo marca: “en 2000 Ebrard fue candidato del Partido de Centro Democrático a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, pero declinó a favor de AMLO.
En 2012 declinó nuevamente, también para apoyar a AMLO después de la encuesta para escoger al candidato del PRD a la Presidencia”.
En 2018, en la presidencia, como Secretario de Relaciones Exteriores, Ebrard extralimitó sus funciones, con la esperanza que AMLO le pagaría con la candidatura a la presidencia, la doble declinación a su favor.
El esperanzado servilismo de Ebrard, obligó que obedeciera a AMLO con un alto espíritu de abyección:
En 2018, se hincó ante Trump -con cabeza gacha- para “aceptar que todos los "migrantes ilegales" que se encontraron varados en la frontera con EUA serían regresados a México”.
En 2019, compró 671 pipas, con un costo de 92 millones de dólares, para distribuir gasolina en México debido al problema del huachicoleo.
Ese año, Ebrard “rescató” a Evo Morales de Bolivia para traerlo a México en avión oficial y acusó a la OEA de promover un golpe de Estado en Bolivia.
En 2021, Ebrard gestionó la compra de 232 millones de vacunas contra el COVID 19.
Ese mismo año, exigió a las autoridades norteamericanas retirar las acusaciones en contra del general Salvador Cienfuegos por narcotráfico y lavado de dinero.
Por su conducto, México “demandó a 11 compañías en Estados Unidos por facilitar el tráfico ilegal de armas.
Y exigió una indemnización por daños que podría alcanzar el 2% del PIB de México”.
Ese año, también, facilitó el acuerdo con el gobierno cubano para contratar médicos con un costo de 10 mil dólares cada uno.
Nota: El autor es Director General del ICAI. Sus puntos de vista no representan los de la institución.