Este título roza los límites de la despótica correctitud política; porque al escribir “morenos” puedo ser acusado de racista.
Pero no es el caso: me refiero a los cuatro “morenos” ligados a la 4T y bendecidos por la Morena Guadalupe, virgen y madre de los mexicanos.
Ellos son Armando Guadiana, Luis Fernando Salazar, Ricardo Mejía y Reyes Flores. Con su color de piel política, comparten una aspiración: ser el gobernador de Coahuila en 2023.
Justo es decirlo, su piel tiene distintos tonos “morenos”: el más “moreno” -casi marrón- es Armando Guadiana.
Por una simple razón: Guadiana ya era “moreno” cuando Salazar de panista apenas era operador electoral de Francisco García Cabeza de Vaca, ex gobernador de Tamaulipas.
Armando ya portaba el chaleco guinda cuando Mejía de Movimiento Ciudadano apenas apoyaba la campaña del panista Ricardo Anaya escudado en aquella memorable frase: “un Ricardo nunca pierde”.
Y finalmente, Guadiana rescató a Flores Hurtado de las garras de Memo Anaya y Salazar para pintarlo de “moreno” a brochazo limpio.
No es gratuito, por ello, qué la primera encuesta sobre reconocimiento estatal de los cuatro “morenos” arrojó un resultado favorable para Guadiana con 76.1%, Salazar con 53.1%, Mejía con 45.9% y Reyes Flores con 21.8%.
Sin embargo, falta la buena, para evaluar la honestidad, la cercanía con la gente y la credibilidad de los cuatro “morenos”, entre otras cosas.
Por ello, Mario Delgado y Diego del Bosque, presidente nacional y de Coahuila, ambos de Morena, sugirieron una cena previa a esa encuesta -de la cual, nadie conoce metodología o autoría- para asegurar la unidad partidista ante el “moreno” ganador.
(Continuará).
Nota: El autor es Director General del ICAI. Sus puntos de vista no representan los de la institución.