Sobre la humildad.
El papa Francisco habló, refiriéndose a la humildad de sus colaboradores, incluyendo a cardenales, obispos, arzobispos y sacerdotes en general, y dijo que debían de ser humildes y quitarse las ataduras del pasado; en síntesis, que no fueran soberbios.
Cuando el Papa habla a los miembros prominentes de la Iglesia, lo dice no solamente para estos personajes, sino para que su mensaje se extienda hacia toda la superficie de la Tierra y cubra no solo a mil millones de católicos, sino a todas las religiones del mundo, porque por eso la Iglesia es universal.
Obviamente que se entiende que hay humildad en los líderes de una comunidad, llámese de políticos, empresarios o sacerdotes, pero frecuentemente no comprenden dicho mensaje navideño, ya que la sociedad se maneja con un círculo de soberbia, que es el que se enquista en la capacidad de aparentemente triunfar, o de tener liderazgo.
Como esta humildad no se practica, entonces casi todas las acciones sociales se manejan con un dejo de soberbia, incluyendo a profesionistas, filósofos, escritores, universitarios y hasta jugadores de deportes, en donde se les enquista la soberbia y como este pecado capital no tiene regreso fácilmente, es el que causa la mayor parte de los errores de comunicación y sobre todo de conflictos, porque cada quien quiere hacer las cosas a su manera; algunos porque son soberbios por naturaleza y otros porque aparentan serlo.
Pero la humildad, como dijo el papa Francisco, es la medicina que todos debíamos practicar para evitar este nuevo mundo que está lleno de conflictos, de guerras internacionales y de diferencias cósmicas. Y no digamos en la política, porque los presidentes, en general, y los personajes con puestos públicos, se creen infalibles y no usan la humildad en el trato con los demás, germinando así una sociedad bien comunicada, pero para destruirse a sí misma.
Descartes: Pienso, luego existo… La humildad debe ser auténtica, mas no falsaria, pues entonces se convierte en hipocresía, que es otro germen que va creciendo en esta época.
Luis Eugenio Todd
luistodd@yahoo.com
