En busca de algo que ver y más por casualidad que por buscarlo, doy con un documental sobre el universo, sus ignorados límites y sus inconcebibles dimensiones así como el infinito número de cuerpos celestes que en él existen.
Sin poder realmente asimilarlas, escucho cifras astronómicas medidas en cientos o miles de años luz, (un año luz= 9.5 billones de kilómetros), con las que se estudian las distancias entre esos cuerpos, así como con gran sorpresa enterarme que el 85% de ese espacio, está “ocupado” por algo “invisible” llamado “materia oscura”.
No se sabe aún de que se conforma ésta y su presencia se advierte solo por su influencia gravitacional, en esa eterna danza cósmica de galaxias y constelaciones rebosantes de estrellas, en donde mientras unas nacen, otras son “tragadas” por “agujeros negros”, o bien colapsan y mueren, lo que en ciertos casos genera la creación por fusión nuclear de metales pesados como el oro, metales que desparramados por el universo quedan atrapados luego en la formación de nuevos mundos como el nuestro:
La Tierra, escondida ahí en un recóndito y cósmicamente insignificante rinconcito del Universo.
Pensando en cómo inevitablemente esta clase de información hace repensar un montón de suposiciones y creencias sobre la vida, la muerte y la riqueza, que sin cuestionarlas damos por buenas, decido “regresar” a ese rinconcito del Universo y en él, a este mí propio rincón.
Oprimo un botón y: La pantalla se desborda en escenas e improperios de una gresca entre furiosos militantes del PRI que pelean por la reelección de un tal Alito; otro botón:
Aparece un amenazante Putin rodeado de misiles lanzando advertencias a la OTAN; otro botón: Niños llorando y madres desesperadas en un hospital en Gaza; otro botón:
Un grupo de hombres y mujeres trepados en una tarima aplauden por el cierre del día de la bolsa y la subida del precio del oro; y… así.
“Sueña el Rey que es Rey y vive en este engaño mandando, disponiendo y gobernando, y ese aplauso que recibe prestado, en el viento escribe, y en silencio le sorprende la muerte, desdicha fuerte”.
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