La alimentación es un rubro esencial para que las personas aseguren su derecho a la salud, bienestar y un nivel de vida adecuada. El 16 de octubre desde 1979 declarado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) se conmemora el Día Mundial de la Alimentación. Esa fecha es pretexto para poner sobre la mesa los problemas que aquejan a la población que van esencialmente en dos rubros: salud y seguridad.
Sobre el primero, que ya es tema de esta columna, la salud alimentaria ha sido muy poco abordada y difundida; se trata de un aspecto multidimensional cuya atención ha quedado en deuda con la mayoría de la población mexicana. El acceso a la atención de nutrición clínica es limitado en el sistema de salud pública y por la iniciativa privada, resulta muy costosa e inasequible para los salarios mínimos. La cultura alimentaria, relacionada a este aspecto tristemente se conecta con la llamada “cultura de las dietas” apunta a la violencia estética con la restricción alimentaria y no hacia el fortalecimiento de la salud, promoviendo la falsa idea de la delgadez como indicador de buena salud.
Por otra parte esta la seguridad alimentaria, en la que según la FAO existe cuando las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades y sus preferencias fin de llevar una vida activa y sana". Para México, que atraviesa una crisis de salud aún por covid-19 y económica tras la caída de las actividades económicas, el acceso a los alimentos de manera suficiente se ha convertido en un problema para parte de la población.
Así que la conmemoración de nuevo apunta a los trabajos necesarios para que la alimentación por parte de la salud y la seguridad sean una garantía total.
Twitter: @lolcanul
