Cultura

I love (me) El amor en tiempos del Smartphone

  • Columna de Laura Ibarra
  • I love (me) El amor en tiempos del Smartphone
  • Laura Ibarra

Eres una persona maravillosa. Nunca había conocido a nadie como tú. No te merezco. ¿Por qué no continuamos siendo amigos?”. Este texto me lo muestra una amiga en la pantalla de su smartphhone, se lo envió hace un par de semanas el hombre con el que salía desde hace ocho meses.

Vanessa, mi amiga, desde luego se percata que es una forma muy elegante de ponerle fin a la relación. Sabe que “continuar siendo amigos” significa “ya no me interesas”, “no siento nada por ti” y “creo que debes buscarte otra pareja”. A mi amiga le dolió mucho la ruptura, pero me dice que en su “Face” ya enteró a sus conocidos y amigos que está dispuesta a continuar disfrutando la vida. O sea, que está en busca de una nueva relación.

Los psicólogos señalan que esta generación ha desarrollado otras formas de ligarse, de mantener la relación o de conducir su vida sentimental. Más de algún psicólogo ha declarado que incluso es incapaz de establecer un compromiso fuerte y duradero, como aquel que implica el matrimonio. En psicología ya existe el término “incapacitado relacional”, para etiquetar lo que parece endémico.

Pero, ¿existe realmente una generación con dificultades para relacionarse y comprometerse de por vida? De menos, los números así lo indican. Según los datos del Inegi, la población que vive en unión libre va en aumento y, en consecuencia, se registra una disminución de la población casada. En 2013, según el mismo Inegi, uno de cada cinco matrimonios terminó en divorcio. Además, las cifras de personas que se encuentran solas o solteras aumentan a pesar de que existen muchos servicios para encontrar pareja, los clásicos portales para hacer citas, y los cursos y viajes para solteros.

Entonces, ¿en dónde reside el problema?

Las respuestas de los psicólogos son distintas, pero aquí sólo quiero presentarle dos de ellas:

1. Muchos solteros son hombres y mujeres jóvenes, atractivos y con un buen ingreso económico. Precisamente esto hace que sus expectativas sean muy altas. En un estudio realizado se les preguntó a los entrevistados “¿Por qué, según su opinión, se encuentra soltero (a)?” La respuesta más frecuente era que todavía no habían encontrado al hombre o la mujer ideal y describían “el ideal” lleno de virtudes. En pocas palabras, los hombres debían tener los músculos de Hércules, la cara de George Clooney, el cerebro de Einstein y la ternura de galán de Holywood y una buena cuenta bancaria.

Al respecto, Michael Nast publicó un libro recientemente que lleva el título “Sin compromisos. Retrato de una generación de relaciones imposibles”. La primera edición en alemán, de más de 200,000 ejemplares de agotó rápidamente. El éxito de Nast radica en que se dirige a una generación que se siente un poco avergonzada de admitir que durante horas mira el teléfono móvil esperando encontrar un mensaje en el WhatsApp de la persona amada. O que indaga la vida de los “ex” después de la separación.

Según Nast, la dificultad para establecer una relación, que presenta esta generación, radica en saber que en algún lugar de este mundo hay una persona que puede darle a nuestra vida un mayor sentido. Constantemente se alimenta la ilusión de que alguien vendrá a cubrir un papel, que en la realidad resulta demasiado grande para cualquier ser humano.

De acuerdo a Klaus Hurrelmann, esta generación analiza con exactitud si ha encontrado la pareja adecuada. Quien revisa durante horas cuál es el mejor teléfono móvil, cuántas calorías debe consumir diariamente y hace uso constante de aplicaciones para optimizar su existencia, rara vez se conforma con la segunda mejor alternativa.

2. Otro serio obstáculo para conservar relaciones duraderas se encuentra en el individualismo o egocentrismo que cultiva la vida moderna. “Hoy no puedo verte, porque tengo que terminar un proyecto”, “Me quedaré dos horas más en el gimnasio”, “Ve comiendo, no me esperes a cenar” son parte de una comunicación en la que los participantes privilegian excesivamente sus propias necesidades. Algunas personas confiesan que les es muy difícil considerar a otro en sus planes cotidianos. Les causa estrés tener que incluir constantemente a su pareja en la planeación de sus actividades.

Este egocentrismo se ejercita constantemente bajo el principio del Facebook: Muestra lo feliz y lo bello que eres, diles a todos de los fantásticos lugares en que estuviste, los maravillosos espectáculos que viste y a las extraordinarias personas que conociste. Presume con quién te relacionas, y muéstrales a todos lo solidario y leal que eres.

Sin embargo, esta constante utilización de máscaras para mantener una fachada perfecta tiene un alto costo puesto que, tarde que temprano, las debilidades afloran. No somos como dijimos ser ni bajo nuestra piel habita Súperman o la Mujer Maravilla.

De cualquier forma, la generación y, o generación del milenio, muestra que, con la independencia financiera y ante las oportunidades que ahora ofrece la vida moderna, como viajes y estudios, tiene muy pocas ganas de construir un nido permanente.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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