
La visita del primer ministro, Mark Carney, es una oportunidad para que ambas partes construyan relaciones más allá de las necesidades económicas, energéticas y de seguridad
El 18 de septiembre, el primer ministro Mark Carney viajará a México, una visita que llega en una coyuntura crítica tanto para México como para Canadá, dadas las actuales convulsiones del comercio y la economía global. La visita de Carney es una oportunidad para que ambas naciones construyan más allá de las necesidades económicas, energéticas y de seguridad de los dos países; también es un momento para ampliar los intercambios de talento, educativos y culturales. Por desgracia, hicieron falta los aranceles del presidente Donald Trump y los desafíos globales en curso para que Ottawa reconociera que, en lugar de descartar a México con la esperanza de ganarse favores de Trump, se trata de un aliado natural. Si trabajan juntos pueden ayudar a construir la resiliencia necesaria para enfrentar los desafíos geopolíticos por venir, al tiempo que profundizan una relación mutuamente beneficiosa.
Si bien las relaciones diplomáticas entre Canadá y México se remontan a 1944, desde el primer mandato de Trump cada nación fue acusada de intentar superar en maniobras a la otra para asegurar un acuerdo comercial bilateral con Estados Unidos. Si bien asegurar un convenio de este tipo con EU es importante para las economías nacionales, ni México ni Canadá han logrado ver cómo ayudarse mutuamente a lograr eso y mucho más.
Primero, el aumento de las relaciones económicas: el año pasado el comercio bilateral de mercancías entre México y Canadá alcanzó 56 mil millones de dólares. Export Development Canada señaló a México como un mercado prioritario, y a través de sus 15 acuerdos comerciales, los inversionistas y exportadores canadienses pueden acceder a más de 50 mercados en todo el mundo —una oportunidad muy grande como para ignorarla. Esto no solo representa una victoria para Canadá, también muestra la importancia global de México como líder y amigo de su vecino norteamericano.
Además del comercio, otros beneficios económicos para ambos países incluyen la movilidad laboral y el turismo. En 2024 más de 52 mil trabajadores mexicanos llegaron a Canadá bajo el Programa de Trabajadores Temporales Extranjeros y el Programa de Movilidad Internacional. El sector agrícola canadiense depende en gran medida de los trabajadores mexicanos, sobre todo en las tres provincias más pobladas: Ontario, Quebec y Columbia Británica. A su vez, los mexicanos utilizan estos programas para generar ingresos que les permitan mantener a sus familias en su país de origen, lo cual se canaliza a las economías locales.
México también se beneficia de la decisión de los canadienses de abandonar Estados Unidos para buscar un clima más cálido en invierno. Según la Secretaría de Turismo de México , casi 1.7 millones de canadienses visitaron el país en el primer semestre de 2025, un aumento de 11.8 por ciento en comparación con el año anterior. Además, estadísticas recientes muestran que más de 50 mil canadienses viven actualmente en México. Si bien existen diferencias lingüísticas y culturales entre ambos países, estas ofrecen oportunidades a través de la educación y el intercambio estudiantil para fortalecer aún más las relaciones y brindar oportunidades de diplomacia blanda.
En junio, la presidenta Claudia Sheinbaum viajó a Alberta para asistir a la cumbre del G7. Este viaje fue bien recibido por numerosos líderes políticos y empresariales canadienses que abogan por una mayor relación entre México y Canadá. Tras una reunión con Sheinbaum y Carney, la Oficina del Primer Ministro emitió un comunicado diciendo que habían discutido sobre la seguridad económica y energética y que habían “acordado profundizar la colaboración bilateral a nivel ministerial, con especial atención al comercio, la energía, la agricultura y la seguridad”.
En términos de seguridad energética, México necesita diversificar sus fuentes de energía, en particular debido a su dependencia del gas natural proveniente de Estados Unidos, y Canadá puede contribuir en este aspecto, pues puede suministrar más gas natural a México y ayudarlo a construir su independencia y seguridad energéticas. Varias empresas canadienses colaboran con mexicanas para desarrollar y distribuir recursos naturales como soluciones energéticas, incluidas la energía solar, la hidroeléctrica y el hidrógeno.
En agosto, la ministra de Asuntos Exteriores, Anita Anand, y el ministro de Finanzas, François-Philippe Champagne, viajaron a México y, en una conferencia de prensa posterior a una reunión con Sheinbaum, dijeron a los periodistas que la seguridad energética era parte de sus discusiones.
El viaje de Carney a México es una oportunidad para profundizar esta relación, para que ambas naciones colaboren para afrontar las cambiantes relaciones globales, incluidos los desafíos comerciales con Estados Unidos, a la vez que se apoyan mutuamente para cubrir las necesidades internas.
México y Canadá son aliados naturales, y fortalecer esta relación, aprovechando los actuales vínculos económicos, de seguridad energética, movilidad laboral, turismo y educación, permitirá una verdadera amistad donde se ayuden mutuamente a enfrentar los posibles desafíos futuros.
El tema será abordado el próximo 19 de septiembre a las 16:00 horas en MILENIO FOROS “Promotores de Norteamérica” que se transmitirá por las redes de MILENIO