Sé que amigos a los que respeto mucho me van a mirar con desprecio aperplejado luego de leer estas notas, pero llegó la hora de decirlo: Morrissey siempre me pareció una monserga. Sí, sí, ya sé que se esfuerza en cada canción por recordarnos que el amor es imposible, que el sexo es pinche, que los animalitos son mejores que las personas y que ya es hora de romper con los clichés hegemónicos de la hipermasculinización. Que no es un cantante de pop frívolo e inculto, pues. Que tiene discurso. Que es cool. Y ya sé que para decirlo tiene que usar ese sonsonete depresivo-virtuosón y, a manera de contrapunto,ese estiloescénico con un tanto de hiperquinético y un tanto de sobreactuado–pero voluntariamente sobreactuado, no vaya usted a pensar. Y sin embargo, qué quieren que les diga, siempre me aburrió. Con este oído rústico, el sonsonete a que me refiero me gustó cada vez hasta los, digamos, 37 segundos de canción, y luego, por amodorramiento, me impidió llegar a esas profundidades melancólicas de su versificación, a ese desasosiego ontológico que siempre ha dicho tener, a esa ironía tan intelectualizada. Y me decía: "¿Qué me pasa? ¿Acaso mis padres no me educaron para los sofisticado, lo trascendente?"
Eso era antes. Ahora publicó sus memorias y me dio una tranquilidad impagable: la de saber que el sonsonete no era lo único aburrido. Que bajo esa apariencia de frivolidad había una auténtica frivolidad. Y es que, por dios, qué hueva de discurso. Es como sentarse a escuchar la conversación de al lado en el café hispter de la Roma. Si uno atraviesa la pirotecnia de la boutade fallida, de la provocación lugarcomunesca, no hay nada en el ex frontman de los Smiths. O ¿de veras hay algo de original en la dicotomía "feminidad creativa-masculinidad zafia" que tanto cacarea? ¿No ha leído ya no digo a James Ellroy: a Judith Butler o a Camille Paglia?¿En serio aporta algo repetir oootra vez la idiotez de que alimentarse de animales es un crimen equivalente al abuso de menores? Lo de proclamarse limpio de drogas y abstinente sexual, ¿no es una forma burda de marcar distancias con la historia del rock, y punto?
Evítense las memorias de Morrissey. De veras. Si tienen ganas de lecturas de ese tipo, vayan a las de Keith Richards o a las de Johnny Ramone. No siempre evaden el cliché o la provocación barata y no apostaría a que son del todo sinceras, pero al menos lo aparentan, y eso ya es una manera de tener sustancia.
Morrissey publicó Autobiografía y salió del clóset: dejó ver a un hombre superficial y aburrido.
