Fue la palabra que utilizó la Reserva Federal en Estados Unidos para describir la inflación. Por transitoria se entiende que será temporal y que no llegará para quedarse. Estamos a la mitad del undécimo mes del año y la Fed sigue afirmando lo mismo. Allá, la inflación anual está en 6.2 por ciento, muy por arriba de la meta de 2 por ciento, más/menos uno. A proporción, es mucho más alta en ese país respecto a lo que está siendo en otras partes del mundo, incluido México.
Jerome Powell (quien en febrero próximo termina su primer ciclo y puede quedarse o salir) en todas las oportunidades que ha tenido ha buscado tranquilizar al mercado y ya empezó a hacer cosas para disminuir el aumento de precios. Ya comenzó el tapering, la disminución en la recompra de bonos por 15 mil millones de dólares mensuales. Donde han sido muy enfáticos es en la política monetaria y siguen diciendo que la tasa no aumentará hasta 2023.
La verdad, esto último, sin que sea transitoria la inflación, veo difícil que se cumpla. Creo que, de seguir así, la Fed tendrá que aumentar las tasas en 2022. No extraña nada, ni a nadie, que si todos padecemos de inflaciones altas, allá sea más grave el problema por la cantidad de dinero que se ha impreso.
Para responder a este problema, el Banco de México (Banxico) resolvió subir la tasa a 5 por ciento el jueves pasado. La junta de gobierno, por cuatro votos a uno, decidió aumentar 0.25 por ciento. De nuevo Gerardo Esquivel fue el voto disidente. De verdad no entiendo qué puede estar viendo para votar en contra. Veo en estos momentos más oportuno subir 0.50 por ciento que decidir no mover la tasa de referencia. Todavía queda una junta más en diciembre y dada la situación, donde la inflación anual está a 6.1 por ciento, nuestro banco central seguro incrementará la tasa a 5.25 por ciento.
Que difíciles años, 2020 por la pandemia de coronavirus, 2021 por ser un año de recuperación, pero con innumerables complicaciones de logística, abasto y satisfacción de la demanda. Esperemos que 2022 sea menos rudo con la clase trabajadora y emprendedora, así como para la mayoría de las empresas. Lo realista será pensar que puede ser un poco mejor, pero no mucho.
En materia financiera será muy interesante porque pueden seguir aumentando tasas y empezar en los países industrializados este proceso alcista. Los entornos de aumento de tasa suelen ser complicados: encarecimiento del crédito, fortaleza del dólar, ajustes en bolsas y una paulatina desaceleración económica que trae consigo una baja en la demanda y, con ello, baja la inflación.
Con todo lo anterior el tipo de cambio ha seguido presionado y puede tener un movimiento de apreciación pequeño si el mercado asimila esta alza y la que puede venir. El precio del petróleo seguirá alto y también es importante para la relación peso-dólar, y lo que más ayudará será ver que empieza a ceder la inflación en Estados Unidos, así como que el discurso de Powell sobre la transitoriedad haga sentido.
Se reúnen Xi Jinping y Joe Biden, por lo que vale la pena ver qué tanto se puede rescatar esta relación que en muchos sentidos rompió Donald Trump.
Juan S. Musi Amione
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