El Club de Futbol Monterrey ha contratado a un español para que sea (se supone) el nuevo entrenador pero por sus primeras palabras en su presentación más parece que será el gran jefe de todos, incluyendo al dueño.
Me explico. Le preguntaron que si su llegada a los Rayados era el mayor reto de su carrera, y lo negó dando a entender que el Monterrey representa poco para él. Aquí aparece su verdad pero también su arrogancia.
Entendiendo bien; el equipo le importa poco comparado con otros trabajos y clubes donde ha estado. Su postura, razonada o no, ya quedó plasmada y tatuada en la mente y el corazón de la afición más la prensa que en cuanto pueda le van a recordar el momento de sus novedosas palabras.
Ya empezó mal en un equipo y región donde Domenec Torrent no tiene ningún antecedente positivo. Recordemos que con San Luis en el torneo recién terminado logró acumular once derrotas, dato nada digno como para llegar y decir que este proyecto no es su mayor reto,
A Torrente, los Rayados le saben a poca cosa; no deja otra opción para pensar mejor. El problema es que además, lo que dijo lo externó en la cara de ellos, de sus jefes que con sonrisas y abrazos lo recibieron. Aquí aparece la figura del “Patrón del dueño”. Entendiendo bien y mejor: lo insólito existe porque el que manda en la organización, la cabeza máxima, el que trajeron después de muchos para remediar u obtener lo que no han podido hacer, ahora se autoproclamó como el jefe del mismo dueño, y háganle como quieran.