El “karma” existe, creamos en él o no. Jardine cuando fue expulsado por el árbitro Luis Enrique Santander en el estadio CU en su juego contra Cruz Azul, mientras se dirigía al vestidor, iba haciendo señales con sus dedos colocados en su pecho mostrando que eran tricampeones, y con eso bastaba para sentirse orgulloso de lo que su equipo era capaz de realizar.
El ”karma” se encargó de regresarle otras tres situaciones, ahora desagradables y en su contra porque: Uno, no pudo ser campeón de liga, Dos; No ganó la Concachampions. Tres; No estará en el mundial de clubes.
Empate a tres con sabor a cierta venganza porque lo que parecía ser un equipo de época, muy pronto se desvaneció, y eso le sigue doliendo mucho.
Cada evento tuvo su momento; sucedió en su respectiva fecha. A fin de cuentas todo se le regresó al América, muy pronto pero en su contra. Jardine debe recordar estas referencias partiendo de su señalamiento cuando fue expulsado.
La vida tiene sus secretos y va premiando o castigando según sea el caso cuando alguien se sale del redil. ¿Estará Jardine arrepentido de haber presumido tanto? ¿Ya se percató que la vida también tiene sus propias fechas para decidir lo que le plazca?
Si se le permite al PSG entrar en sintonía con esta idea del “karma” será necesario recordar que cuando tuvo en sus filas a los tres “enormes” paladines del futbol mundial, nada bueno le sucedió. Los designios del dinero lo invitaron a cambiar de idea para darle una lección de humildad al “calcio” quien en ocasiones no se toma la molestia de pensar que por más precavido que pueda jugar, un rico equipo francés es capaz de destrozarlo.
Moraleja: el “karma” existe. Es cuestión de preguntarle al América y al Inter de Milán. Ellos ya saben de qué se trata.