Una cosa que es casi imposible de lograr en el arte -que no en la vida- es hacerte pasar por alguien que no eres. La impostura tarde o temprano aflora. Es por ello que me permito disentir de la opinión mayoritaria de la prensa internacional al momento de evaluar Folklore, el nuevo álbum de una trivial cantante pop norteamericana que basa su celebridad en una belleza apabullante.
Ahora resulta que tiene pretensiones intelectuales, y es por ello que ha se ha rodeado de celebridades del mundo del indie para apuntalar y hacer fuertes a unas canciones que ya no quieren desparramar almíbar solamente.
A los 30 años parece que intentó hacer un manifiesto acerca de cómo ve la vida. Y el punto de partida es “Exile”, un dueto con Bon Iver, un músico experto en historias tristísimas sobre el desamor y la soledad. Es tanto el talento de Justin Vernon que contagia a esta pretendiente de Barbie alternativa.
En una carrera plagada de discos mediocres y desechables, por supuesto que estos 16 temas dan cuenta de un salto exponencial de calidad; no es posible esperar menos de los hermanos Dessner, que comandan The National -una bandota- e involucrados también el disco. En este octavo Lp no falta el toque del exitoso productor Jack Antonoff -que suele convertir en oro todo lo que toca-. Su presencia le da un tufo de planeación corporativa.
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