Como lo comentamos en nuestra anterior entrega, pasó el Grito y el grito que iba a dar AMLO contra Estados Unidos por la soberanía energética no sucedió. Parece que el ajuste de tuercas que le dio Blinken funcionó y ni una sola mención hizo sobre sus bravuconadas que había venido anunciando.
El proceso de consultas entre los tres países miembros del T-MEC sigue su curso y hacia el cierre del año habrá noticias sobre si se arregla por este medio o se instala el panel de controversias para ver en que acaba. Por lo pronto México optó por no estirar más la liga para no alborotar más a sus huestes y dejarlas disfrutar del concierto de los Tigres del Norte, que era en realidad a lo que iban al Zócalo, modelo por cierto también copiado por Claudia Sheinbaum quien llenó ese mismo espacio, no por su capacidad de convocatoria sino por el arrastre del grupo musical invitado. Tratando de posicionar su imagen a como de lugar fue capaz de gastarse 2.5 millones de los dineros del ciudadano que bien servirían para hacer obras para la gran CdMx.
Pero parece que aun con todo y conciertos, en un caso para no perder popularidad y en el otro para ganarla, las cosas no van bien en la arena política. Antier se cumplieron 8 años de Ayotzinapa y las cosas se enlodan cada vez más y ese cochinero del caso acabará enlodando muy fuerte a los cuatroteros que andan en busca de la verdad histórica. Este bumerang les estallará en la cara a todos.
El Presidente acusa de estar sometido a fuertes presiones y se metió reversa con 21 órdenes de aprehensión de las cuales 16 eran para militares y de paso renunciaron al fiscal especial para el caso, que en lugar de aclararse se enturbia más. Tamaulipas espera hoy al Trife y Américo regresa a su curul al Senado y lo que falta.
