La inversión extranjera (IED) se clasifica en directa e indirecta, siendo la primera la que incide en la generación de bienes y servicios mientras que la segunda se orienta a los mercados bursátiles. Ambas son bienvenidas, pero desde el punto de vista de permanencia y contribución al desarrollo, sin duda la primera genera mayor valor agregado a la economía del país.
Se estima que en el primer semestre del 2021 los flujos de IED sumaron 852 mmdd y por cuanto a su destino entre países desarrollados y en desarrollo, sus comportamientos son muy similares con 49.8% y 50.2% del total respectivamente.
Las cifras preliminares publicadas por la SE para el periodo enero a septiembre del 2021, reportan que México captó casi 24,832 mdd, lo que representa un 5.7% más que en el mismo periodo del 2020, pero un 5% por debajo de la de 2019 y muy lejos de la de 2013 que ha sido la más alta de este siglo.
La mayor proporción de la IED proviene de la reinversión de utilidades que realizan las empresas en más de un 40%, ya que las nuevas inversiones disminuyeron su flujo al pasar de un 43.7% en el 2020 a un 38.4%, que representa un 5.3% menos para este periodo.
Sobre el origen de la IED no hay mucha novedad. Estados Unidos aportó el 49.6% y Canadá el 5.2%. He aquí la importancia de darle certidumbre a la inversión ya que nuestros socios del T-MEC aportaron el 54.8% y esto es sin duda un tema de muy alta sensibilidad.
El 62% de la IED fue al sector industrial, 36.7% a servicios y 1.1% al agropecuario. Tamaulipas mejoró notablemente al pasar del lugar 13 en 2020 con un 2.9% al séptimo en 2021 con un 4.5% del total de la IED invertida en México. Una vez que se publiquen los datos actualizados veremos los sectores que resultaron más favorecidos en el periodo.
