No hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla; con todo y pandemia el próximo miércoles 1 de julio entra en vigor el nuevo tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, conocido como T-MEC.
En otras entregas hemos comentado aspectos relevantes de este tratado al que se le eliminó el término “free trade” para quedar solo en un acuerdo comercial, lo cual para fines prácticos resulta irrelevante porque de todas formas no existe en los hechos el “libre comercio” como tal ya que todos los países del mundo que tienen en vigor este tipo de acuerdos protegen de una forma u otra a su planta productiva. Así que no nos preocupemos por esta redefinición, lo importante es que el tratado continúa solo rebautizado; aunque eso sí, con más dureza en las reglas de origen para ciertos sectores como el automotriz y autopartes, así como el acero y aluminio que son componentes básicos en el armado de automóviles.
Adicionalmente, no hay que perder de vista que además el valor de contenido regional (VCR), para este sector se aumentó de un 62.5% a un 75% y se creó un valor de contenido laboral (VCL) que establece que para que los automóviles ensamblados en México entren a los mercados del norte sin el pago de aranceles, cuando menos el 40% de su valor debe corresponder a mano de obra que gane al menos 16 dólares equivalentes por hora.
Ya dijimos que el certificado de origen seguirá siendo de reproducción libre y solo se definen nueve campos obligatorios, pero esencialmente no hay mayores alteraciones.
Las empresas de la región mayormente del ramo químico y petroquímico no tendrán problema con el cumplimiento bajo esta nueva normatividad y podrán seguir exportando sin el pago del arancel en Estados Unidos o Canadá, como ya venía bajo el TLCAN.