Visión. El 6 de diciembre del 2022 la Selección Española es eliminada por Marruecos del Mundial de Qatar, 48 horas después de irse Luis Enrique, España presenta en Madrid a su nuevo entrenador: Luis de La Fuente es campeón de Europa dirigiendo a la Sub-19 y Sub-21, medallista de plata en Tokio 2020 y puede recitar los nombres, apellidos, goles, partidos, asistencias, talla, peso, velocidad, posiciones, equipos, fechas de nacimiento y debut de todos los seleccionados españoles que han jugado en sus diferentes categorías durante los últimos 15 años. De la Fuente, que conoce más a los jugadores que al juego, diseña un equipo mezclando los mejores futbolistas que ha visto en tres generaciones: los que vio madurar, los que está viendo crecer y los que intuye verá nacer. España tomó una decisión poco común en el mundo del futbol: cuando tuvo que elegir entrenador, eligió un visionario.
Cultura. Horas antes de celebrar el título de la Eurocopa, los españoles festejaban el segundo título de Wimbledon de Carlos Alcaraz que, a los 21 años, acumula 4 campeonatos de Grand Slam. Es la primera vez que el tenis y el futbol español ganan Wimbledon y Eurocopa el mismo día; pero no es la primera vez que ganan espalda con espalda esta clase de títulos: en 2008 España ganó la Eurocopa y 7 días después Rafael Nadal ganó Wimbledon; y en el 2010 Nadal volvió a ganar Wimbledon y 7 días después España ganó el Mundial de Sudáfrica. ¿Qué es lo que hizo tan exitoso a este deporte en las últimas décadas? Podemos leer y escribir cientos de páginas sobre las virtudes del modelo español, pero hay dos palabras que lo resumen sin rollos: cultura deportiva.
Culpa. Los aficionados al futbol siempre hemos creído que el futbol nos pertenece: creemos que esto no debe ser negocio, que tenemos la razón, que sabemos más que el técnico, que mandamos más que el presidente, que somos mejores que cualquier jugador y que mantenemos a todos juntos. Quizá por eso también creemos que alrededor del futbol podemos decir, maldecir y hacer cualquier cosa sin que haya consecuencias: miles de “aficionados” sin boleto buscaron la forma de entrar ilegalmente a la Final de la Copa América, pero la culpa, siempre es de otros.