Ubicada en Gipuzkoa, una de las provincias más pequeñas de España, la Real Sociedad de San Sebastián lidera el campeonato de Liga con un equipo nacido en casa. Lejos del ruido que produce el mercado, esta organización tierra adentro recupera el ímpetu de los clubes hogareños en una época donde creemos que solo se puede competir invirtiendo fortunas.
Su liderato, aunque temporal, no es casualidad. Reconocida como una de las mejores canteras de Europa, la Real, con sede en los campos de Zubieta, un barrio de la ciudad de San Sebastián, ha conseguido la mayor concentración de jugadores nacidos en una misma región del futbol profesional.
Su plantel está formado por seis jugadores nacidos en la ciudad, siete jugadores nacidos a menos de 100 kilómetros de su cantera y tres jugadores que siendo niños llegaron de ciudades o provincias muy cercanas: Vitoria, Zaragoza y Navarra; todos ellos fueron criados en Zubieta.
Si existen grandes diferencias entre clubes productores y clubes compradores, también la hay entre clubes formadores y clubes con una cantera de profundas raíces: nada genera más identidad que jugar donde naces. En este momento, no hay equipo en el mundo con un modelo tan sostenible como el de la Real: vive de lo que produce de forma orgánica. Lo que algunos podrían ver como una regresión: cerrarse las puertas al mundo, en San Sebastián parece evolución. Porque otro factor está enriqueciendo de manera determinante la personalidad de este equipo.
Desarrollado por Grupo Pachuca en México hace 26 años, el modelo de formación integral de jugadores que propone la Universidad del Futbol y Ciencias del Deporte, encuentra una filosofía muy parecida en la Real que está por recibir en disciplinas como Derecho, Medicina o Magisterio, a seis jugadores profesionales de sus planteles femenil y varonil; mientras sus equipos inferiores, cuentan con 39 universitarios. El futbol labra su camino.
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo