A los 17 años tienes menos cosas de las que deseas, juventud, sueños y energía son las principales, pero a estos elementos propios de la edad le hacen falta formación, disciplina, trabajo, educación, constancia, objetivos, mentalidad, fortaleza, apoyo, cariño y una serie de aprendizajes y responsabilidades que precisamente ayudan a que la juventud, los sueños y la energía no se pierdan. Dicho esto, a los 17 años el joven Endrick, futbolista de la selección brasileña ya puede contar dos cosas que con toda seguridad deseó en algún momento de su niñez: marcar un gol en Wembley y marcar un gol en el Bernabéu uniformado con el legendario “verdeamarelo” de su selección nacional.
Hay una cosa más que destacar: con 17 años también puede contarnos que su carta pertenece al Real Madrid y que, al cumplir la mayoría de edad el próximo 21 de julio, será presentado oficialmente como su nuevo jugador.
Siendo un futbolista adolescente, Endrick ha vivido momentos irrepetibles que por la exigente naturaleza competitiva de su profesión deben repetirse: deberá volver a marcar goles en Londres y deberá marcar más goles de los que soñó en el campo del Madrid.
Este es el momento exacto cuando el tiempo define el destino de los cracks: del sueño de meter un gol en Wembley, en el Bernabéu o jugando para el Real Madrid, a tener la obligación de hacerlos siempre a partir de ahora.
El futuro de Endrick, prometedor como el de muchos jóvenes que han cruzado esa línea del tiempo que separa la promesa de la realidad, es una cuesta muy dura y prolongada hacia la cima del futbol mundial.
En los últimos cuatro días este chico ha tenido la oportunidad de observar cómo se ven las cosas por arriba, literal desde lo más alto, lo que viene a continuación es un descenso muy pronunciado para empezar una carrera de altura.
¿De dónde sale un jugador como éste? La respuesta siempre es la misma: de abajo.