Cultura

Las dimensiones del morbo

  • Paisajes abreviados
  • Las dimensiones del morbo
  • José Luis Vivar

Desde tiempos inmemoriales el morbo ha existido, no es un invento ni tampoco una tendencia reciente. La Humanidad elige ser morbosa, en menor o mayor proporción. Si nos remontamos a la época Prehispánica habría que mencionar el Templo Mayor, donde una multitud de mexicas atestiguaban el sacrificio de las víctimas seleccionadas. Los conquistadores en su momento se horrorizaron, sin embargo, años más tarde en España aparecería el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, y esta vez en las plazas públicas europeas y también de la Nueva España la gente se reunía para ver cómo eran quemados los pecadores.

La horca, el garrote vil, la guillotina prevalecieron por mucho tiempo en diferentes países. La crueldad de esas ejecuciones hizo que las mentes los encargados de la justicia se inclinaran por algo menos cruel y escogieron el fusilamiento y la silla eléctrica. En la actualidad la Inyección Letal es otra opción en algunos estados de la Unión Americana donde todavía existe la Pena de Muerte.

En esta retahíla como formas de morir, la gente ha sido, o sigue siendo testigo de esos actos. Aunque esto no es definitivo, existen otras manifestaciones que resultan atractivas, sacian una curiosidad o curiosidades que a veces no son del todo sanas. De ahí entonces que la RAE, defina morbo como “cualquier manifestación de atracción perniciosa, obsesiva o perturbadora hacia personas, imágenes y sucesos”. Por ello se entiende que no solo las ejecuciones llaman la atención, también puede ser aquello que se circunscribe en un misterio, en algo que atenta contra el pudor, la privacidad, y no podría hacerse en condiciones normales.

Dicho sea de otra manera: nos asomamos a presenciar algo que les sucede a desconocidos, no a nosotros. Escuchamos, leemos o vemos lo que en su momento no fue programado para ser compartido. Los tiempos cambian: La sangre, el sexo, los chismes, las desgracias ajenas, venden; por eso antes se tenía qué pagar, ahora prácticamente es gratis, basta con tener un teléfono celular para convertirnos en un testigo más de lo que nos atrae.

Los niveles de morbo varían también. La entrevista de Saskia Niño de Rivera al sicario que quiso asesinar a Ciro Gómez Leyva supera de las setenta mil visitas en YouTube; mientras la de Patricia Ramírez, madre del niño asesinado por la amante de su marido en 2018, en Almería, España, pidiendo apoyo a la opinión pública y al gobierno para que su caso no forme parte de la serie True Crime (Crímenes Reales), no alcanza las cinco mil en la misma plataforma.

Ser morboso es responsabilidad de cada quien de acuerdo a su curiosidad, a su forma de ver la vida, de sentirse bien. Porque siempre habrá algo que nos haga voltear a ver, aunque a los demás, a doña Moral y a doña Ética no les parezca.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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