Política

Un Presidente mal evaluado y un gabinete reprobado

  • De paso
  • Un Presidente mal evaluado y un gabinete reprobado
  • José Luis Reyna

El presidente Peña Nieto es impopular. Su nivel de aprobación es el más bajo si se considera el periodo 1994-2015. Según la casa encuestadora Mitofsky, solo uno de cada tres mexicanos (33%) le concede un voto aprobatorio. El diario Reforma dio a conocer que los ciudadanos entrevistados le conceden 39% de aprobación, en tanto que en la muestra de "líderes", la cifra alcanza 21% (1/XII/15). Zedillo, Fox y Calderón no conocieron, pese a muchas circunstancias adversas que enfrentaron, la impopularidad de la que goza el actual jefe del Ejecutivo. Otras encuestas nos dicen lo mismo (Parametría).

Peña tiene tres años para cambiar la ruta de la nación. La primera mitad demostró que enaltecer la figura presidencial no resuelve los múltiples problemas del país ni convence favorablemente a un amplio sector de la ciudadanía. Se invierten miles de millones de pesos en publicidad que son como echarlos al cesto de la basura. Tampoco es una solución que el Presidente gobierne desde una Torre de Babel. Desde las alturas, su contacto con la ciudadanía es, en el mejor de los casos, escaso. Se divorció de la gente. Incluso cuando encabeza reuniones numerosas. Éstas tienen tal blindaje que solo se le ve desde lejos: arenga con palabras que se lleva el viento.

La tragedia de Ayotzinapa y el escándalo de la casa blanca han sido dos eventos que se han encargado de desgastar y devastar la figura presidencial: ambos definen el sello de este sexenio. En el primer caso, el gobierno federal tuvo una reacción tardía ante la brutalidad de los acontecimientos. En el segundo no se tuvo el talante de aceptar que hubo un conflicto de interés y la solución del problema por la Secretaría de la Función Pública (SFP) no hizo más que agravarlo. No es fortuito que su titular sea el secretario peor evaluado del gabinete. En la encuesta de Reforma obtuvo una calificación de 2.5.

El gabinete de Peña Nieto, de acuerdo con la encuesta ya mencionada, está reprobado: obtuvo 4.5. La calificación más alta fue para el secretario de Marina (6.0), seguido por el de la Defensa Nacional: 5.3: los jefes de las fuerzas armadas son los más aceptados. En los rangos más bajos de este ejercicio de medición se encuentran Rosario Robles (Sedatu-Sedesol), Gerardo Ruiz Esparza (SCT) y Emilio Lozoya (Pemex), quienes fueron calificados con 3.7. El resto del gabinete oscila entre 3.8 y 5.0.

Con base en estos números, podría concluirse que el gabinete del Presidente no tiene los elementos para funcionar de la manera más adecuada, para enfrentar la compleja problemática del país, que mucho tiene que ver también, hay que reconocerlo, con el adverso contorno externo que hoy existe a nivel global. Se dice que Peña Nieto es renuente a hacer cambios de su equipo. Los más recientes fueron enroques. La mayoría ya estaba en el círculo cercano de colaboradores. Se hace necesario que Peña les exija más. Que arrojen mejores resultados. En la segunda mitad del gobierno tiene que diseñarse una nueva actitud, una redefinición del rumbo y acercarse a la ciudadanía: crearle expectativas sólidas. Se necesitan nuevas formas, generar ideas innovadoras y no depender una burocracia que luce más bien ineficiente y desgastada. Si el Presidente quiere tener un mayor nivel de aceptación, es necesario impulsar el cambio y asumir el error, cualquiera que éste sea. No hacerlo, lo hará pasar como un Presidente impopular y mediocre.

jreyna@colmex.mx

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