Con el hallazgo de dos fosas clandestinas en el llamado “Pueblo Quieto”, las tierras de nadie aledañas a las vías del ferrocarril recobraron notoriedad.
Pueblo Quieto, situado entre la Avenida Mariano Otero y las vías del tren, en las inmediaciones de Jardines del Bosque, es una de estas. Su núcleo original era parte de los llamados “Patios Norte” del ferrocarril, la franja de servicios del tren que bordea la avenida Circunvalación Washington. Hacia finales de los años 70, algunos trabajadores jubilados de Ferrocarriles Nacionales comenzaron a vivir allí en vagones descompuestos; aún hoy queda alguno en el sitio, como ocurriera también en la Colonia Ferrocarril hacia el oriente de la ciudad. Con el tiempo, los vagones serían sustituidos por viviendas, muchas, todavía precarias.
El aislamiento de estos sitios se debe a la propia línea ferroviaria. En contraste con otras ciudades del mundo que, por medio de puentes y túneles, entretejieron las vías del tren con sus trazas urbanas, sin fracturarlas, en Guadalajara las vías formaron una barrera oriente-poniente, con pocos cruces, a todo lo largo de la ciudad. Entre vías, fábricas y bodegas quedaron espacios residuales y marginales. La decadencia del sistema ferroviario y su degradación a mero tren carguero, el incremento de migrantes, el agravamiento del crimen, y las malas condiciones de estos enclaves, en el abandono y la inseguridad, los convirtieron en focos delictivos.
Los incidentes en Pueblo Quieto han sido constantes desde hace años, desde vandalismos como arrojar objetos a los autos que transitan abajo en el túnel, a robos de todo tipo, y, ahora, fosas. La solución es compleja pero imprescindible. Es un punto de quiebre de nuestra ciudad, que puede agravarse más si no se atiende pronto.
El eje ferroviario industrial es un componente primordial de Guadalajara. La recuperación del tren de pasajeros y la nueva Línea 5 del Tren Ligero, que correrá por la franja de las vías, ayudarán a visibilizar el problema y a revalorar estos espacios, pero se necesitarán muchos más recursos y esfuerzos para sanear estas tierras de nadie. Algunas pueden reaprovecharse como parques lineales y área de esparcimiento, otras seguirán siendo infraestructuras. Pero tendrán que ser algo, no sitios en el olvido.